Plan de Atención y Proyecto de Vida dentro de la Atención Centrada en la Persona ACP

Dentro de la filosofía de la Atención Centrada en la Persona (ACP) aplicada en residencias de mayores, el Plan de Atención y el Proyecto de Vida son herramientas fundamentales que permiten personalizar el cuidado y asegurar que este se alinee con los deseos, necesidades, preferencias, y la historia de vida de cada residente. Estos instrumentos son esenciales para promover la calidad de vida y el bienestar integral de las personas mayores en entornos de cuidado. A continuación, se explican ambos conceptos más detalladamente:

Plan de Atención Personalizado
El Plan de Atención es un documento dinámico que detalla las necesidades específicas de cuidado de un residente, sus preferencias personales, objetivos de bienestar y cómo estos serán abordados por el personal de la residencia. Este plan es desarrollado colaborativamente por un equipo multidisciplinar junto con el residente y, cuando sea apropiado, con la participación de familiares o representantes legales. El objetivo es garantizar que el cuidado proporcionado sea lo más personalizado posible y que respete la individualidad y autonomía del residente. El plan incluye aspectos como:

  • Cuidado médico y de salud necesarios, ajustados a las condiciones y deseos del residente.
  • Preferencias diarias en cuanto a alimentación, actividades, rutinas de sueño, y otros hábitos de vida.
  • Necesidades emocionales, sociales, y espirituales.
  • Estrategias para manejar posibles comportamientos difíciles o situaciones de crisis, siempre desde un enfoque respetuoso y personalizado.
Proyecto de Vida
Atención centrada en la persona
El Proyecto de Vida va más allá del cuidado inmediato y cotidiano para centrarse en los deseos a largo plazo, aspiraciones, y metas personales del residente, teniendo en cuenta su historia de vida, valores, y preferencias. Este proyecto busca promover la realización personal y el sentido de propósito, aspectos cruciales para la calidad de vida de las personas mayores. Involucra aspectos como:

Reconocimiento de los logros pasados del residente y cómo estos pueden influir en su vida actual dentro de la residencia.
Metas y aspiraciones que el residente desee alcanzar, incluso dentro de las limitaciones que pueda enfrentar.
Actividades, hobbies, o intereses que el residente quiera explorar o mantener, facilitando su integración en la comunidad residencial y el mantenimiento de su identidad y autonomía.
Ambos, el Plan de Atención y el Proyecto de Vida, son documentos vivos que deben ser revisados y ajustados regularmente para reflejar cambios en las condiciones, deseos, y necesidades del residente. La implementación efectiva de estos planes requiere un compromiso continuo por parte del personal de la residencia y una comunicación abierta y constante con el residente y su familia.


La Historia de Vida (HV) en el contexto de la Atención Centrada en la Persona (ACP) emerge como un recurso clave para elaborar de manera conjunta un Plan Personalizado de Atención y Proyecto de Vida (PAyPV) en el sector gerontológico. Esta herramienta no solo es crucial para personalizar el cuidado, sino que también juega un papel importante en la humanización de la relación de cuidados, al enfocarse en los valores, creencias, preferencias, fortalezas, y capacidades de los individuos. Su objetivo es permitir que las personas enfrenten y se ajusten de manera efectiva a desafíos adversos, manteniendo su dignidad, autonomía, y participación activa.

Los instrumentos mencionados se caracterizan por su dinamismo, interactividad y naturaleza relacional, estableciendo un espacio de reconocimiento, confianza y apoyo adaptado a las necesidades y deseos únicos de cada persona. Estos facilitan la adaptación o modificación del proyecto de vida de los individuos en función de sus circunstancias personales.
La ACP, a través del Plan de Atención y el Proyecto de Vida, enfatiza la importancia de ver a los residentes como individuos únicos con sus propias historias, deseos, y necesidades, y no simplemente como receptores pasivos de cuidado. Este enfoque humaniza el cuidado en las residencias de mayores y contribuye significativamente a mejorar la calidad de vida de los residentes.