El informe Cuidadores de personas mayores con discapacidad y Unidades de Estancia
Diurna en Andalucía, elaborado por el centro de Estudios Andaluces, aporta
un pormenorizado análisis de los factores que rodean a la situación
de dependencia, desde los servicios y recursos sociales disponibles hasta los
diferentes modelos de protección en el contexto europeo, tomando como
referente la Ley de Dependencia autonómica.
El cuidado de personas mayores es una práctica habitual en el modelo
familiar mediterráneo. Este principio, unido a la situación de
envejecimiento presente y futuro de la población española, obliga
a un profundo ejercicio de análisis y reflexión social acerca
de esta cuestión. Ésta es la propuesta de los investigadores de
la Universidad de Granada Pedro Castón Boyer, Antonio Trinidad Requena,
Rafael Martínez Martín y Mª del Mar Ramos Lorente, autores
del informe Cuidadores de personas mayores con discapacidad y Unidades de Estancia
Diurna en Andalucía, que parte de un proyecto financiado por el Centro
de Estudios Andaluces. Según los datos recabados, la previsión
para 2010 es que el número de dependientes supere 1,2 millones de personas,
por lo que se prevé que será necesaria aproximadamente la misma
cifra de cuidadores.
Atender a un enfermo mayor supone, además, una fuente de estrés para el cuidador porque provoca, en muchos casos, desajustes en diversas facetas como el trabajo, los estudios, la vida familiar, las relaciones de pareja, la salud o el ocio y suelen derivar en una sobrecarga emocional y física. Por ello, se ha puesto de manifiesto la necesidad de crear nuevos servicios y recursos sociales que supongan el reconocimiento de esos cuidados y aporten la ayuda necesaria para poder cuidar.
Este Proyecto de Investigación se ciñe a la Administración andaluza, en virtud de sus competencias transferidas en materia de Servicios Sociales y a raíz de la aprobación de la Ley de Dependencia, a finales de 2006. La normativa ha establecido la creación del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), en el marco del cual se han desarrollado las Unidades de Estancia Diurna (UED), centros que ofrecen atención integral a personas en situación de dependencia para mejorar y mantener la autonomía personal y apoyar a las familias cuidadoras. Cubren, desde un enfoque "bio-psico-social”, hasta las necesidades de asesoramiento, prevención, rehabilitación, orientación para la promoción de la autonomía, habilitación o atención asistencial y personal.
El informe aporta un pormenorizado análisis de todos los factores que
rodean a la situación de dependencia destacando aspectos como el número
y distribución de UED en Andalucía, la visibilidad social del
cuidador de las personas mayores, las consecuencias de la sobrecarga para dichos
cuidadores, los retos laborales de la Ley de Dependencia, el perfil de los profesionales
dedicados a este ámbito o los diferentes modelos de protección
en el entorno de la Unión Europea. Para ello, los investigadores han
utilizado una metodología combinada que cuenta con una detallada revisión
bibliográfica y con la producción propia de datos, por medio de
entrevistas en profundidad que arrojan una información de primera mano
en cuanto a los retos y limitaciones a los que se enfrentan, tanto a los profesionales
de las UED como los familiares de personas cuidadoras de mayores dependientes.
Algunos datos significativos que recoge el informe hacen referencia, por ejemplo,
a que Andalucía es la Comunidad Autónoma que ha presentado mayor
número de solicitudes de prestación con el 35,5%, seguida a una
distancia considerable de Galicia (10,3%) y Cataluña (9,9%). Otro de
los asuntos que se estudian pormenorizadamente es el número y distribución
de las UED. En Andalucía en 2008 había 248 centros de estas características
que se concentran en sólo 150 municipios, es decir, el 19% del total
de municipios andaluces. Sevilla y Granada son las ciudades que cuentan con
mayor número de UED.
Respecto al perfil del cuidador, en España la mujer representa a la inmensa mayoría (94,5%) de personas que asumen los cuidados directos de los dependientes. Entre ellas, el 43% son hijas, el 22% esposas y el 7,5% nueras de la persona que precisa atención. Su edad oscila entre los 45 y los 65 años y su estado civil es mayoritariamente casada. El nivel educativo mayoritario es el de estudios primarios (43%) y no cuentan con una ocupación laboral remunerada (73,1%).
En Andalucía, los cuidadores informales son un total de 6.333. La provincia que cuenta con mayor número es Cádiz (19,2%), seguida de Almería (17,3%) y Málaga (16,2%). En lo que respecta a las edades de los cuidadores, la mayoría (64,8%) tienen menos de 55 años, lo cual muestra unas edades comprendidas dentro de la edad activa laboral. El nuevo marco jurídico y las posibilidades que establece, permite pensar en la posibilidad de profesionalizar a estos colectivos de cuidadores informales