Las alentadoras palabras de Rocío Ruíz, consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, son en la actualidad una realidad. Tras una pandemia que dejó los presupuestos estatales en jaque, Andalucía suma 415 nuevas plazas en residencias y centros de día. Los hijos de futuros jubilados y jubilados en activo andaluces podrán respirar tranquilos gracias a estas cifras que se traducen en 43 000 nuevas plazas para atender las necesidades de dicho sector social.
Pero ¿por qué conlleva tanto tiempo y presupuesto habilitar y mejorar un lugar para nuestros mayores? Responder a este planteamiento nos ha llevado a encontrar una nueva perspectiva sobre los organismos que asisten a la tercera edad. Según los datos rescatados de Inforesidencias, este tipo de centros cuenta con una serie de servicios que sorprenderían a cualquier cliente y dejarían boquiabiertos a cualquier especialista en vacaciones a todo lujo.
Andalucía cuenta, en la actualidad, con la friolera de 109 centros, que se distribuyen a lo largo de sus ocho provincias. La gran mayoría de estos cuenta con las certificaciones pertinentes para su funcionamiento según la normativa de la Junta de Andalucía: ley de dependencia, política de contenciones o comité de ética. De igual forma, el abanico de profesionales que asisten a los mayores es bastante amplio: médicos, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales, animadores socioculturales, logopedas o farmacéuticos, entre otros.
Los que hemos bautizado como complejos hoteleros ofrecen servicios como: la peluquería, el acompañamiento, la oferta de menús, la disposición de los informes de salud, el servicio de podología y rehabilitación, incluso la oferta de productos de higiene. Lejos queda el cliché de espacios desatendidos para abrir el camino a futuros spas, que harían envidiar a cualquier veraneante en Torremolinos.