Asturias diseña un plan para combatir la soledad de las personas mayores

La soledad de las personas mayores es uno de los principales problemas de la sociedad, cada vez más envejecida. Ya sea en sus domicilios o en residencias para la tercera edad, la soledad acarrea desatención y una serie de problemas físicos y psicológicos que afectan de manera radical a la calidad de vida de quienes la sufren.

En Asturias, una de las regiones de Europa con mayores tasas de envejecimiento, la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar está trabajando en una estrategia global para la tercera edad que el problema de la soledad.

Según el Instituto de la Mujer, la soledad afecta más a las mujeres que a los hombres, al menos en la franja de 65 años o más. En Asturias, son casi 70 000 las personas que viven solas. El dato es significativo si de él se extrae el alto porcentaje de quienes viven solos de manera impuesta y se sienten aislados, que se calcula que son algo más de 32 000 y son las personas que no contactan con familiares ni allegados a menos una vez al mes; es decir peronas que sufren soledad no deseada.

En la actualidad, el Principado dispone de una estrategia de colaboración interadministrativa que ha incorporado las políticas para combatir la soledad no deseada que se están desarrollando en todas las direcciones generales que tienen competencias que puedan incidir en este problema. Un ejemplo es el programa «Rompiendo distancias», que llega a 39 municipios aislados y de montaña y que a 6000 personas en cada ejercicio. Otra actuación importante es la asistencia domiciliaria inteligente mediante un acuerdo de colaboración entre Vipasa y Cruz Roja. Según una primera evaluación que se ha hecho entre sus usuarios, el 95 % de los que lo han utilizado con una buena valoración por parte su parte.

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