Con el objetivo de fomentar las buenas prácticas sociosanitarias con respecto a las personas mayores, las consejerías de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Asturias han presentado el protocolo «El buen trato a las personas mayores». Con este documento se pretende prestar atención a las personas mayores más vulnerables, atender a las distintas necesidades y capacitar a los profesionales.
El protocolo se ha presentado en una jornada sobre ética convocada con el fin de reflexionar sobre la intervención en el proceso de envejecimiento junto con 344 profesionales de la salud y los servicios sociales. En las mesas redondas han participado los presidentes de los comités de ética de ambas ramas de la atención en Asturias, junto con especialistas en gerontología.

El protocolo es una nueva herramienta de promoción del buen trato y
detección e intervención ante el maltrato a personas mayores. Se busca facilitar una intervención coordinada entre las administraciones y sistemas de protección y se profundiza en la sensibilización y prevención. Este protocolo forma parte de las medidas de coordinación sociosanitaria que están facilitando que profesionales sanitarios de servicios sociales trabajen de manera coordinada.
El protocolo ha pasado un periodo de prueba entre noviembre de 2017 y junio de este año. En este tiempo han participado 138 profesionales de centros sanitarios,
residencias de la tercera edad y servicios sociales municipales y se abordaron 34 casos. Tras los buenos resultados obtenidos, se aplicará en toda la red pública regional. Para favorecer su difusión se desarrollará un programa de formación a partir de noviembre y el seguimiento correrá a cargo de los órganos de coordinación sociosanitaria.
El protocolo se ha editado de forma resumida para que sea más fácil su manejo por parte de los profesionales, que tendrán herramientas para detectar los diversos tipos de maltrato: físico, psicológico, sexual, financiero, negligencia y abandono, tanto en y el ámbito social-comunitario, el familiar o de relaciones y el institucional para quienes viven en un centro residencial.
El maltrato suele ser de negligencia en el cuidado y abuso económico. En el ámbito familiar, la persona maltratada se corresponde mayoritariamente con una mujer mayor, vulnerable, de entre 80 y 90 años, con una pequeña dependencia, leve deterioro cognitivo, achaques propios de la edad y que vive con un hijo varón de entre 45 y 55 años con el que las relaciones ya eran conflictivas.