El aumento de la población mayor exige que la atención sanitaria, tanto en Primaria como en Especializada, adapte sus recursos teniendo en cuenta las necesidades de la población actual y la del futuro, que, además de ser más, tendrán una mayor esperanza de vida.
Los datos del servicios de Geriatría en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA) son muy interesantes. En esta especialidad, hace 25 años la edad media de los pacientes ingresados era de 80 años, mientras que ahora es de 88 años. Es un dato llamativo que se refleja en un aumento de las personas con deterioro funcional, enfermedades crónicas y trastornos cognitivos que deben ser ingresadas.
Esta situación obliga a una adaptación del modelo de atención y de los servicios, además de la redistribución de recursos y de demanda de profesionales especializados. El servicio de Geriatría del CHUA está adaptándose a estas nuevas necesidades que implican un cambio de modelo. Por ejemplo, está desarrollando programas para prevenir el delirio o apoyo en las patologías prevalentes en las personas de edad avanzada, como las enfermedades respiratorias y cardiacas. Además, está desarrollando programas de prevención de la salud, ejercicio físico y nutrición, terapia ocupacional y en general de promoción del envejecimiento activo.
Pero no solo en los servicios sanitarios se aprecia el aumento de la edad de las personas que acceden a ellos, también en las residencias geriátricas se constata que los nuevos usuarios han aumentado la edad en la que ingresan y que presentan mayor grado de dependencia. Esto se traduce en que también los servicios de atención a las personas mayores como residencias, centros de día o ayuda a domicilio, también deberán adaptarse a los nuevos parámetros de edad de la población.