A lo largo de esta semana, las provincias de Castilla y León han comenzado a administrar la siguiente dosis de la vacuna a los mayores de los centros. La campaña se llevará a cabo en 1200 centros por toda la comunidad para proteger a ancianos, personas discapacitadas y pacientes inmunodeprimidos (por ejemplo, aquellos que hayan recibido un trasplante), lo que correspondería a unas 48 000 personas, según informa el vicepresidente de la junta, Francisco Igea. También añade que, de momento, esta dosis no se administrará a los trabajadores de los centros, ya que no hay evidencia científica de que sea necesario para las personas que no cumplan las características mencionadas anteriormente.
Así pues, los protocolos para esta campaña de vacunación siguen siendo los mismos que en la anterior, con la única diferencia de que esta vez se trata de una sola cita en lugar de dos. Varios de los residentes que ya han recibido la dosis afirman estar más tranquilos y sentirse más seguros y, aunque algunos admiten haber sufrido reacciones comunes como mareos, dolores o fiebre, insisten en la importancia de ponerse la vacuna, pues los beneficios de esta son mucho mayores.
Respecto a la vacuna de la gripe, Igea ha declarado que, en principio, la pauta de vacunación no interferirá con la del covid, aunque en caso de que hubiera que escoger entre ambas, se daría prioridad a la del coronavirus por ser este más letal. Ahora solo queda organizar cuándo debe acudir cada equipo a las residencias para administrar las dosis de las respectivas vacunas, pues los «vacunódromos» no son una opción viable para personas dependientes o de tan avanzada edad, y se prevé que en la provincia esta campaña terminará en un período de unas tres semanas.