Es, además, un colectivo que cada vez tiene más edad, pues debido a los recortes en personal sanitario apenas se han convocan plazas en los centros públicos, lo que provoca que un solo trabajador deba asumir hasta a 10 personas mayores a su cargo.
Otra circunstancia es que las personas mayores llegan cada vez con más problemas de dependencia, por lo que requieren más cuidados.
El colectivo reclama el reconocimiento de trabajo penoso y, en ocasiones peligros, pues muchas personas a las que atienden tienen problemas de salud mental y son agresivas.
Otro problema de los trabajadores de la región es su antigüedad. Muchos son mayores de 55 años y llevan más de 30 en el mismo puesto sin posibilidad de promoción o de cambio y atendiendo a personas con cada vez más necesidades.
Los recortes que han menguado las plantillas al no haber reposición y la falta de previsión en las ratios, que no contemplaban el aumento de la dependencia y por tanto de cuidados de las personas mayores, hacen que los problemas de escasez de personal se den con cierta frecuencia.
La solución a situaciones en las que se hecha en falta personal es múltiple: la revisión de las ratios de atención para adecuarlas a las necesidades reales, vigilar que se cumplan, la inversión en equipamientos y atender a las preocupaciones de los profesionales, que son quienes están con las personas en el día a día.