Se trata, en definitiva, de aplicar en los exámenes para acceder a lasprestaciones de dependencia el concepto de «discapacidad sobrevenida» para las enfermedades neurodegenerativas.
Esta petición surge tras varias quejas al Procurador del Común que ponían de relieve la discriminación que supone para las personas con alzhéimer ser consideradas solo personas mayores, sin contemplar su dependencia y discapacidad.
La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades respondió a las quejas que el alzhéimer afecta sobre todo a personas de la tercera edad, por lo que es el número de años lo que favorece su aparición. Esta razón no es muy consistente, pues hay personas mayores que no tienen la enfermedad y, por otra parte, hay un 10 % de casos de alzhéimer precoz en personas entre 45 y 60 años, incluso se dan casos en personas con 35 años.
El problema de considerar el alzhéimer como una enfermedad propia de lavejez y no como una discapacidad afecta de manera directa en el precio de la plaza, pues si no se considera que las persona tiene discapacidad, es considerablemente más barata, lo que afecta al precio que fija la administración para las plazas concertadas.
Según el Procurador del Común, las especificidades en el cuidado que presenta una persona con alzhéimer hacen que si se pretende dar un servicio y cuidados de calidad debe adecuase el precio que se paga por la plaza y homologarlo al de las plazas para personas con discapacidad, pues lo que ocurre es que las empresas o entidades no conciertan las plazas porque el precio día es insuficiente.