El Complejo Hospitalario Universitario
(CHUS) de Santiago de Compostela coordinará el proyecto europeo PANA
(siglas en inglés de Promoción del envejecimiento activo: nanoestructuras para
fases muy precoces de la enfermedad de Alzheimer).
Más de 7,5 millones de europeos, con edades entre 30 y 99 años, sufren
alguna demencia, y el alzhéimer es la principal de ellas. Las previsiones de envejecimiento hacen que sea un problema de salud cada vez con más impacto
tanto en la sociedad en general como en los servicios sociosanitarios. Así, se
calcula que entre los años 2000 y 2013 aumentaron en un 71 % las muertes por
alzhéimer.
En este contexto, se enmarca el proyecto PANA, con un impacto clínico,
social y económico muy relevante. Expertos de los centros de investigación de
España, Portugal, Finlandia, Lituania, Bélgica y Holanda con profesionales como
clínicos, neurocientíficos, expertos en nanotecnología y en imagen molecular,
especialistas de hospitales, universidades y empresas forman un consorcio que
tiene una financiación de 7,8 millones de euros para 5 años, que se gestionarán
desde Santiago de Compostela.
Los investigadores principales son Tomás Sobrino, director técnico del
Laboratorio de Investigación en Neurociencias Clínicas del Instituto de
Investigación Sanitario de Santiago (IDIS), que es además su coordinador; y
José Castillo, jefe del servicio de Neurología del complejo hospitalario.
Con este proyecto se pretende conseguir avances para diagnosticar la
enfermedad de Alzheimer 5 años antes de que empiece su sintomatología clínica, y
así, favorecer un mejor efecto de los tratamientos para quienes la sufren y
cronificar la enfermedad en su inicio, cuando el deterioro cognitivo es leve y
todavía se tiene una buena calidad de vida.
Para conseguirlo este objetivo se desarrollará una nanoestructura que pueda
tanto diagnosticar de forma precoz como cumplir un fin terapéutico y que pueda
transportar un fármaco a la zona donde resulte más efectivo. De manera
científica, se trata de nanoestructuras multimodales que se unen a un
biomarcador específico de la enfermedad, y que podrán ser detectados por
técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética y la tomografía de emisión
de positrones (PET).
La investigación no se detiene en cuanto al interés que despierta esta
terrible enfermedad. Las personas que en este momento la padecen y sus familias
es posible que vean pocos resultados, pero cada día en los centros de día, en
las residencias geriátricas o en sus domicilios con sus cuidadores, se sigue
apoyando y creando calidad de vida para ellos y sus familias.