Las medidas se articulan desde la Consejería de Servicios Sociales y Gobernanza Pública, a través de la Dirección General de Dependencia, Discapacidad y Mayores. El nuevo protocolo entró en vigor el 21 de diciembre y ha sido acordado entre la Consejería y los directores de los centros geriátricos y de personas con discapacidad.
A partir de la fecha señala
da, los visitantes deberán acreditar antes de la visita que disponen del certificado COVID. Quienes no dispongan de dicho certificado, deben llevar un test de antígenos y someterse a la prueba en presencia del personal del centro.
: bold;">Las visitas solo podrán llevarse a cabo en las residencias en las que no haya ningún residente positivo por COVID, ni ningún residente en situación de aislamiento. Los residentes podrán recibir a un máximo de dos personas durante 60 minutos, dos días a la semana y con cita previa. Se preferirá que sea en exteriores y se supervisará que se mantiene la distancia de seguridad.
Los residentes que hayan permanecido fuera de la residencia más de 24 horas, deberán someterse a dos test de antígenos, uno a la llegada al centro y otro a las 72 horas. Las residencias que registren casos positivos no podrán admitir nuevos ingresos; en las que sí se puedan admitir nuevos usuarios, estos deberán acreditar ser negativos a través de una prueba PCR.
En cuanto a los trabajadores, aquellos que no tengan la pauta de vacunación completa deberán realizarse test de antígenos cada 72 horas, aportando ellos mismos las pruebas o a través de sus respectivos Servicios de Prevención de Riesgos Laborales. Los que estén de vacaciones, a la vuelta se le realizará un test de antígenos, se hayan vacunado o no.