El ingreso puede ser, indistintamente, en un centro público o privado, y el motivo mayoritario es por causas social (48,75 % frente a 24,6 % de dependencia física o 25,8 % de enfermedad neuropsiquiátrica).
El estudio se realizó con casi 600 entrevistas a personas residentes en centros geriátricos de Murcia como Cieza, Calasparra, Altorreal (Molina) y Puente Tocinos, además de Redován en la provincia de Alicante, en las que se combinó establecimientos públicos y privados y zonas rurales y urbanas.
Otros aspectos fueron el género, la edad, la estancia media, el estado civil, si se tienen hijos, los motivos del ingreso, el modo de financiación, el grado de dependencia y si existen patologías asociadas. Otro aspecto que se tiene en cuenta es la necesidad de pañales o de psicofármacos.
Otro aspecto es que la edad de ingreso en una residencia «va aumentando con el tiempo, en relación con el aumento de esperanza y de la calidad de vida que ha ido experimentando la población».
El motivo de ingreso no interfiere en la duración media de la estancia y las personas mayores que lo hacen por motivo social tienen menos hijos y suelen ser divorciados o solteros.
Con estos datos, el perfil del residente medio es una mujer (63 %), con 82 años de edad que lleva cuatro institucionalizado. Mayoritariamente la situación es de viudedad (51,21 %), siguen los solteros con 25,8 %, los casados con 14,6 % y, por último, están los divorciados que son el 8,3 %. No tiene hijos o solo uno.
Felicitamos a los autores de este interesante y útil estudio.