El centro o club de jubilados deberá informar al Ayuntamiento que le corresponda y este a Hacienda, que dará un permiso que autoriza a jugar albingo un día a la semana durante dos horas, sin ánimo de lucro y con partidas que solo tengan carácter recreativo. Las entidades que lo realicen deberán estar controladas y revertir las cantidades jugadas.
El Consistorio de Puerto Lumbreras, en Murcia, ya ha recibido la certificación que corresponde así, los cerca de cien pensionistas —que acuden a jugar al bingo todos los miércoles por la tarde al centro de la tercera edad Vicente Ruiz Llamas— podrán disfrutar de su afición sin incumplir la Ley reguladora del Juego y las Apuestas.
El bingo y otros juegos de azar donde se juegan pequeñas sumas simbólicas forman parte de la socialización y suponen un estímulo para las personas mayores que, en muchas ocasiones, tienen pocas oportunidades de salir de su casa o residencia de mayores y para los que una partida con los compañeros supone un gran aliciente.
Si el trámite es pedir un permiso por ser un local social, lo correcto sería avisar y dar un tiempo y, por supuesto, no amenazar ni poner multas, pues no estamos hablando de casinos con jugadores y juegos profesionalizados ni de apuestas millonarias. ¿Se expedientaría igual si fueran cuatro personas que se juegan el café al dominó en un bar? Como en la mayor parte de los conflictos que se generan en la vida, el sentido común y la moderación es la clave para solucionar los choques de intereses.
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