Una de las múltiples sombras que se cierne sobre a ley de Dependencia es la incongruencia que permite que una persona con un alto nivel de dependencia, si opta por recibir cuidados en una residencia sea antendida un completo equipo de profesionales, con programas y espacios especializados; mientras si prefiere recibir atenciones en su casa pueda ser cuidado por un familiar sin ninguna preparación y en un entorno precario.
Se ha planteado muchas que la atención por parte de la familia tendría una cierta coherencia en niveles bajos de dependencia pero la realidad es obstinada y nos hace ver que el sistema español de atención a la dependencia es básicamente una forma de dar dinero para que las mujeres cuiden a los dependientes en su casa.
Si aceptamos que esa es la realidad, sólo podemos recibir con alegría las iniciativas que tienden a formar a estos familiares para que puedan prestar una atención digna.
Una de esas iniciativas la ha puesto en marcha la Idea, una empresa Navarra que ha lanzado unos cursos de formación con el original nombre "El Arte de Cuidar a las Personas Dependientes". El curso cubre los siguientes Temas: Movilización de personas dependientes; Hábitos saludables; Atención básica a las necesidades de la vida diaria; Técnicas de psicoestimulación; Prevención de riesgos en el hogar; Ayudas técnicas; Comunicación en geriatría; Ocio y tiempo libre.
Ahora sólo falta dar el segundo paso: pedir cursos como éste como requisito previo para poder cobrar prestaciones vinculadas e impedir a quiénes no sean capaces de superar una formación previa que cobren del sistema por estar al cuidado de alguien que tiene el derecho subjetivo de ser atendido.