Albert Vergés, director general de instituto Edad&Vida, en una tribuna de la revista Expansión, desarrolla los porqués de su escepticismo sobre cómo se está desarrollando la Ley de Dependencia.
Por un lado hay un tiempo excesivo desde que se solicita la valoración
de la situación de dependencia, hasta que se obtiene la valoración
efectiva.
Por otro, está pendiente de determinar el copago por parte de los beneficiarios
que deberán contribuir en el pago del servicio junto con la aportación
pública, lo que todavía no se sabe en que medida deberá
contribuir.
También está por determinar cómo se realizará la
acreditación de los servicios que formarán parte de la red de
prestaciones sociales de cada comunidad teniendo en cuenta que la Ley defiende
la equidad y la cohesión territorial así como la calidad de los
servicios.
Albert Vergés dictamina qué "es muy importante que se establezca
un copago máximo a nivel estatal, respetando la equidad entre los ciudadanos
y la libre elección del servicio profesional por el cual quiere ser atendido.
Paralelamente, para facilitar la financiación privada, deberían
regularse los instrumentos privados de cobertura de la dependencia y su incentivación
fiscal, con objeto de garantizar la sostenibilidad futura del mismo.".
Vergés continúa su disertación sobre cómo deberían
ofrecerse los servicios según su grado de dependencia y de éste
modo comenta: "pensamos que los centros y servicios deberían acreditarse
para cada grado y nivel de dependencia, por lo que deberían establecerse
unos criterios mínimos consensuados a nivel estatal para cada grado de
necesidad".
Más información Revista Expansión del 30 de Noviembre 2007.