Es un asunto de gran interés que en época de vacaciones se vuelve más visible, por lo que trasmitimos la información de la nota de prensa, que señala consejos relevantes ante esta situación.
Para el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, el Dr. José Antonio López Trigo, «cambiar de casa continuamente dificulta la integración del mayor en la familia, en el entorno, en las actividades comunitarias y la relación con otras personas. Cada familia tiene personas y dinámicas distintas y el mayor ocupa un rol diferente. La constante adaptación al cambio puede favorecer la ausencia de rol en la familia».
Además, la adaptación y ajuste de espacios y horarios domésticos constantes puede dar lugar aconflictos en la familia. La falta de organización familiar en relación a los cuidados provoca sobrecarga en el cuidador principal. La falta de control del entorno doméstico de cada vivienda dificulta la realización de actividades cotidianas, lo que puede dar lugar situaciones de dependencia y sobreprotección y la necesidad de adaptación continua favorece la desorientación, la pérdida de autonomía y la baja participación en la toma de decisiones. El abuelo tiene que adaptarse a una nueva casa, a un nuevo barrio, a un nuevo centro de salud y en ocasiones a una nueva ciudad, que le va a impedir o dificultar el crear una red social más amplia que la de su familia, explica el Dr. López Trigo.
Una cosa es ingresar en una residencia de tercera edad con el apoyo de profesionales y otra muy diferente es pasar de domicilio en domicilio.
Además, la falta de información, seguimiento o coordinación entre profesionales sanitarios puede dificultar la detección de signos de dependencia o síndromes geriátricos e impedir, por tanto, realizar acciones preventivas que eviten el aumento de dependencia.
A pesar de que hoy en día es relativamente sencillo acceder a la historia clínica del paciente, en muchos casos, es el propio abuelo o su familia quienes intentan exponer los antecedentes al médico sobre los diagnósticos, tratamientos o cuidados que necesita el mayor, con el consiguiente riesgo de olvido, además de la sobrecarga en las consultas. Por ello, la SEGG recomienda que el mayor lleve consigo información sobre el diagnóstico y tratamientos en vigor, periodicidad de los controles analíticos, datos de posibles alergias o intolerancias, así como una breve referencia del contexto socio-familiardonde se explique la periodicidad de los cambios de domicilio.
Algunos consejos pueden ayudarnos a minimizar el impacto del cambio en el «abuelo golondrina». Para el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Dr. López Trigo, «es necesario ofrecer al mayor un espacio y lugar específico dentro de la familia, darle la privacidad necesaria, favorecer que siga manteniendo sus rutinas, independencia y autonomía». Pero, también podemos intentar: