¿Cómo ayudar a personas ancianas a orientarse mejor en lugares nuevos y desconocidos para ellas? La solución la han encontrado los ingenieros de la Universidad de Trento, Italia, y consiste en un andador inteligente para las personas de la tercera edad.
Vittoria Basso Guidolin, de 91 años, participa en el desarrollo de este andador robotizado en la fase de pruebas: «Es como un GPS, parecido al GPS que mi hijo tiene en su coche. Este aparato me guía fácilmente y me ayuda a no perderme. Con él puedo tomar el camino correcto y andar sin miedo».
Este andador capta por redes inalámbricas la información sobre el entorno del usuario y le guía en su toma de decisiones. Dispone de sensores, cámaras y sistemas de reconocimiento de obstáculos para ofrecer una mayor autonomía a las personas de la tercera edad.
Alessio Colombo es experto en sistemas computacionales en la Universidad de Trento (Italia) indica: «Los algoritmos reciben la información de todos los sensores integrados en el andador. Analizan los datos y sugieren al usuario un camino que minimiza las posibilidades de tropezar o tener problemas. El sistema, por ejemplo, va a tratar de evitar obstáculos, personas o animales domésticos con las que se puede cruzar el usuario y que no hubieran percibido su presencia».
Herbert Schuster es otro de los participantes en las sesiones de prueba del sistema: «Con esta máquina puedo sentirme más seguro en mis desplazamientos y al cruzar las calles… Me parece muy bien que desarrollen este tipo de cosas para las personas mayores que las que van a poder comprar o alquilar por un precio determinado. Creo que está genial».
Se espera poder comercializar el andador por menos de 2000 euros, a pesar de su sofisticada tecnología. De eso habla el ingeniero Luigi Palopoli que coordina el proyecto DALI (en el que participan dos empresas españolas: Visual Tools e Indra) en la Universidad de Trento: «Hemos tratado de diseñarlo de modo que resulte competitivo económicamente. Los sistemas inteligentes integrados tienen potentes plataformas de cálculo de bajo coste. El andador puede conectarse mediante señales inalámbricas procedentes de otros sensores y cámaras. Y esto amplía la capacidad de nuestro propio sistema a un precio menor. No consideramos este andador robotizado como algo que reemplazaría de los cuidadores, sino que es complementario. Por ejemplo, podemos imaginar este tipo de andador en residencias de ancianos. Un mismo cuidador podría ocuparse y hacer un seguimiento del uso de esta tecnología por decenas de personas».
Se espera disponer de estos nuevos dispositivos en dos o tres años.
Es muy probable que este tipo de andadores se conviertan en algo habitual, no sólo para personas que viven en sus casas sino también para los que lo hacen en residencias de tercera edad.
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