El diario 20 minutos se ha posicionado claramente en contra de la forma en que la Comunidad Valenciana está aplicando la Ley de Dependencia. Durante los últimos meses ha publicado noticias como
La última que hemos leído dice lo siguiente: Ninguno de los 29.018 beneficiarios de la Ley de Dependencia de la Comunitat Valenciana está recibiendo prestaciones en forma de ayuda a domicilio o teleasistencia, y apenas 580 disfrutan de una subvención para centros de día o noche (el 2% del total). Dos años después de la entrada en vigor de un texto llamado a revolucionar la asistencia a las personas con problemas para valerse por sí mismas y a sus familias, la estadística del Gobierno muestra, a 1 de febrero de 2009, que la mayoría de ayudas dirigidas a los valencianos se concentran en atención en residencias de ancianos.
Vale la pena reflexionar sobre este punto.
Es cierto que la Ley no se está aplicando tal como se pensó. Uno de las señales en esa dirección es que cada comunidad está haciendo las cosas de forma tan diferente que resulta que la idea de crear un derecho de ciudadanía común para todos se está quedando en quimera. Algunos considerarán grave que se presten pocos servicios de ayuda a domicilio, pero ¿no es más grave y supone un mayor incumplimiento de la la Ley el que una de cada tres ayudas sea una prestación económica para el cuidado no profesional en el entorno familiar (algo que la ley preveía como excepcional?
Como la Ley se aplica progresivamente, incluso podríamos entender que a los más dependientes les correspondiese más residencia que ayuda a domicilio pero esta sería una polémica estéril. Lo realmente grave es la apuesta que están haciendo los poderes públicos por las prestaciones que fomentan que mujeres de media edad, sin preparación suficiente y sin control, se queden en casa cuidando a un familiar.
Sobre quién aplica mejor la Ley de Dependencia recomendamos la lectura del Informe de la Asociación de Directores y Gerentes de Residencias, un documento que puede generar polémica y discusiones y en el que, por cierto la Comunidad Valenciana recibe un suspenso.