Una ingesta abundante de líquidos, tomar comidas ligeras y usar protección solar son tres de las principales recomendaciones que la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología hace extensibles tanto a los mayores como a sus cuidadores para afrontar un verano particularmente caluroso.
Sufrir golpes de calor durante el estío es algo muy frecuente en la tercera edad, al presentar un porcentaje importante de alteraciones del centro termorregulador que producen una menor sensación de calor, al igual que una disminución de la percepción de sed. Tener sobrepeso, enfermedades neurodegenerativas crónicas son tres elementos que facilitan dichos golpes de calor.
Cuando la temperatura de nuestro cuerpo rebasa los 41 grados se produce un proceso conocido como hipertermia. Se alteran los mecanismos de regulación térmica de nuestro organismo y se origina el cuadro conocido como golpe de calor.
La SEGG ofrece las siguientes recomendaciones para el verano y la prevención de la hipertermia:
- Un buen aporte de líquidos. La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir frecuentemente agua, infusiones, zumos de frutas, aunque no se tenga la sensación de sed; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Las comidas deben ser ligeras, lo que permite digestiones ligeras.
- Evitar la exposición al sol con temperaturas elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (12-16 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento).
- No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
- Mantener la casa fresca y ventilada.
- No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
- Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros, preferentemente.
- Es recomendable, además, el uso de sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.
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