Este VII convenio permite a las empresas que exijan a sus gerocultoras que limpien, además de seguir realizando las tareas de cuidado a los dependientes, para las que se han estado formado. Además también pone en serio peligro el trabajo de las limpiadoras.
Esto significa que los auxiliares de geriatría están obligados a limpiar los utensilios, la ropa y las estancias «cuando en el servicio existan circunstancias que así lo requieran». No se concreta cuánto tiempo tienen que dedicar esta tarea y desvirtúa su trabajo, porque mientras por un lado se les exige un certificado de profesionalidad, por otro tendrán que limpiar a a requerimiento de la empresa, lo que sobrepasa con mucho la tarea de gerocultor. Según UGT, «los gerocultores deberían dedicarse exclusivamente a la atención y cuidados de las personas dependientes porque dedicar tiempo a la limpieza invade las tareas de otros profesionales y podría afectar a empeorar la calidad del servicio».
También hay otros elementos del VII Convenio Estatal de la Dependencia: por una parte, no incorpora un incremento adicional que permita recuperación de poder adquisitivo causado por la congelación de sueldos durante la crisis y, por otra, el anterior convenio aseguraba el incremento del IPC en 2018; en caso de no firmar el VII Convenio de la Dependencia entraría en vigor la cláusula de revisión salarial automática para el caso de ultraactividad del anterior convenio que dispone en la disposición final: «La cláusula de revisión salarial automática para el caso de ultractividad del presente Convenio colectivo contenida en el párrafo segundo del artículo 8 operará en el caso de que, en el momento de ser aplicada, el PIB publicado por el INE u otro organismo público o privado, haya experimentado un incremento anual superior al 2 %».
Este convenio solamente estará vigente 6 meses.