Las
personas mayores tienen más probabilidades de tener desnutrición, es un
problema de salud pública que afecta a las personas mayores de países ricos
como pobres, la falta de apetito, la soledad, las patologías presentes pueden
ser factores que ayuden a un problema de desnutrición y con ello la presencia
de otras patologías. Si embargo, las personas mayores que ingresan al hospital
por algún problema de salud o por fractura tiene más probabilidades de padecer
desnutrición, es un dato raro ya que el hospital ofrece las tres comidas
principales más las colaciones y además son dietas especiales y adecuadas a las
necesidades de los pacientes.
La Sociedad Española de Medicina Interna
(SEMI) hace un llamado a buscar soluciones para evitar el problema. Una
nutrición adecuada mantiene un buen estado de salud y se evitan complicaciones,
considerando que muchas personas mayores padecen patologías crónicas y una
desnutrición puede agravar la salud del paciente poniendo en riesgo la vida.
Según la SEMI la desnutrición afecta a uno de cada cuatro personas mayores que
ingresan al hospital y hasta el 20% de los ingresados se desnutre durante su
estancia en el hospital, un dato muy serio que se debe tomar en cuenta cuando
los ancianos son hospitalizados.
Una
alimentación adecuada asegura una buena nutrición y salud, favoreciendo una
recuperación rápida y fortaleciendo al sistema inmunológico y con ello se
reduce el riesgo de otras complicaciones. Expertos en nutrición señalan que
algunas de las enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes, el cáncer,
enfermedades respiratorias crónicas está influenciadas por factores de riesgo
modificables como el tabaquismo, el abuso del alcohol, la falta de actividad física
y dietas pobres en nutrientes o ricas en grasas saturadas.
Probablemente
la desnutrición que presentan las personas mayores al ingresar al hospital se
debe al miedo que puede generar al verse solos, en un entorno desconocido, desde
la habitación la cama, los olores, personas que le atienden y medicamentos que
disminuyen las ganas de comer, además, el consumo de medicamentos puede tener
un efecto adverso en los ancianos hospitalizados.
La soledad que sufren los ancianos en los hospitales es más acentuada que en el domicilio, aunque la alimentación cumpla con los requerimientos nutricionales y se adapte a las patologías, no es suficiente para que las personas mayores aumenten el apetito, generando desnutrición en la mayoría de los mayores ingresados. Los expertos coinciden en la necesidad de más formación en médicos y enfermeras en materia de nutrición y dietética, además contar con un equipo multidisciplinar donde existan siempre la figura del dietista-nutricionista para abordar el problema de forma más integral.
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