El mes de Noviembre ha estado repleto de manifestaciones y informaciones referentes
al contenido de la futura Ley de la Dependencia, eje central del modelo de prestación
de ayuda a la dependencia. Según explicó la Secretaria de Estado
de Servicios Sociales, Dña. Amparo Valcarce en el congreso y posteriormente
en el seno de las Jornadas sobre el Mercado de la Tercera Edad, el modelo de
protección debe ser universal e independiente de los recursos económicos
de los pacientes, constituyéndose como la "quinta columna de la
Seguridad Social" junto con la cobertura de enfermedad, el desempleo, los
accidentes de trabajo y las pensiones. Para que este sistema sea efectivo, se
precisará un reconocimiento unitario de los diferentes grados de dependencia
de la persona; para ello se aplicarán varemos objetivos recogidos en
la norma básica para ser así aplicados de forma homogénea
en todo el territorio nacional. Ésta y otras medidas paralelas estarán
destinadas a garantizar la calidad de los servicios que se presten a las personas
dependientes, y que así sea percibido por éstos.
Otro de los aspectos destacados del proyecto de Ley es el catálogo de
prestaciones básicas. Al respecto la Sra. Valcarcel señaló
que éste estaría formado por ayudas técnicas, ayuda a domicilio,
teleasistencia, centros de día y residencias. Dentro del mismo se pretende
anteponer el Servicio de Ayuda a Domicilio como recurso central dado que todas
las investigaciones sociológicas conducen a concluir que la persona mayor
prefiere permanecer en su hogar antes que recurrir al recurso de la institucionalización.
Así mismo remarcó que para poder ofrecer este catálogo
es necesario tener presente dos aspectos. Por una parte la necesidad fundamental
de ampliar la formación de los profesionales que cubran la asistencia
a las personas dependientes; hay que tener en cuenta que en cuestión
de tres años la tasa de ocupación se verá incrementada,
según estimaciones del Ministerio, en cerca de 350.000 nuevos puestos
de trabajo en este sector, femeninos en su mayoría.
Un aspecto destacable de todos los que se han comentado por parte del Gobierno,
y en particular por parte de la Secretaria de Estado es la necesaria colaboración
entre el sector público y el privado para poder ofertar la cartera de
servicios descrita. Para ello es imprescindible un necesario desarrollo del
sector privado, tanto la vertiente sin ánimo de lucro como del sector
lucrativo.
Por otra parte, el Director General del Imserso, que participó como
ponente en las Jornadas organizadas por el Grupo recoletos, al hilo de la actual
discusión sobre el contenido del futuro de la Atención a la dependencia
en España reivindicó la idoneidad de involucrar a otros organismos
públicos para poder atender a las necesidades de las personas dependientes
como es el propio Ministerio de Economía. No hay que olvidar que el problema
de atención social, por su envergadura actual no deja de ser un importante
problema de sostenibilidad económica. Según expresó, en
la actualidad existen más de dos millones de personas dependientes, y
es obvio que los recursos económicos son limitados e insuficientes para
atender a todo este colectivo. Por ello abogó por una concentración
de la atención en aquellas personas con grados de dependencia mayores,
aludiendo por ejemplo a las personas encamadas, personas con alzheimer en grado
muy avanzado etc., percentil que aglomera a casi un millón de los dos
millones largos antes señalados.
Ahora bien, y aquí es cuando detectamos conclusiones a todo lo manifestado
no exentas de cierta incongruencia al conjugar las manifestaciones de la Sra.
Amparo Valcarcel, cuando expone que el recurso prioritario es la atención
domiciliaria pues es el más valorado socialmente, conjuntamente con las
del Director General del IMSERSO que focaliza como objeto prioritario de la
Ley de la dependencia al millón de personas con dependencia severa. ¿
Qué se presupone, que la atención domiciliaria va a atender a
las personas con altos grados de dependencia? ¿ No es por definición
la atención domiciliaria un "recurso blando" , es decir temporal
y destinado a cubrir las necesidades de dependencia leve o moderada? ¿
Qué coste social y económico tiene la atención domiciliaria
como recurso "duro"? ¿Qué papel les queda jugar pues
al sector de las residencias ?
Si todo lo expuesto hasta la fecha es puesto en marcha sólo podemos
concluir que contaremos quizás con un sistema eficaz pero muy lejos de
la eficiencia...