La investigación se publicó Journal
of Alzheimer's Disease. En el artículo se detalla que se utilizó
la prueba de identificación de olor sniffin
sticks, que consiste en que las personas deben tratar de identificar 16 olores diferentes y en una prueba cognitiva estándar.
En el estudio se realizaron estos controles a 728 personas mayores que tras una revisión neurológica se habían clasificado en tres grupos: adultos mayores sin problemas de salud, adultos mayores con deterioro cognitivo leve y adultos mayores enfermedad de Alzheimer.
Tras la prueba de olfato, los
investigadores concluyeron que el diagnóstico era más preciso en quienes se
habían sometido a ella. Es más, a
quienes se les hizo solo la prueba cognitiva, esta clasificó correctamente al
75 por ciento de las personas con deterioro cognitivo leve, mientras que cuando
se añadieron la prueba de olfato, la cifra de diagnosticados subió al 87 por
ciento. Las dos pruebas combinadas permitieron también identificar de manera
más precisa a las personas mayores sanas de las que tenían alzhéimer.
La siguiente fase del estudio consistirá en analizar si los marcadores proteicos del alzhéimer, presentes en la región olfativa del cerebro antes de que ocurra la demencia, pueden detectarse en el líquido nasal para tener datos que adelanten más la detección de la enfermedad.