Según cálculos de la ONU, en el año 2040 el número de
personas mayores de 60 años se habrá duplicado en el mundo. El aumento de la
esperanza de vida, el envejecimiento activo y un nuevo concepto sobre lo que
supone llegar a la tercera edad ha hecho cambiar muchos puntos de vista con
respecto a las expectativas vitales de quienes han llegado a la edad de
jubilación.
También es un segmento de población atractivo, en los países
desarrollados, sobre todo, a la hora de ofrecer productos y servicios
financieros. A la estabilidad de un ingreso mensual fijo de la prestación po rjubilación, se suele unir que se han cancelado deudas o hipotecas, que los
hijos se han emancipado, que en ocasiones se ha acumulado patrimonio y que se
dispone de tiempo para ocio y actividades que en los años laborales no se
hacían compatibles. Estos hechos acuñaron ya hace veinte años la expresión
«poder gris».
Ante esta perspectiva, bancos y financieras lanzan productos
«senior», especialmente diseñados para los nuevos potenciales consumidores, con
rentabilidades y plazos que se presumen atractivos para estos consumidores.
Otro sector es el de salud: seguros médicos, cuidado
personal, dietética, farmacia, todo lo relacionado con viajes y ocio
especializado e incluso programas de televisión.
Es interesante que a las personas mayores no se las
considere solo como perceptoras de servicios, ya sean sanitarios o sociales,
sino que también sean potenciales clientes de productos que implican
crecimiento y actividad económica más allá de la plaza en la residencia de
mayores o centros de día para ancianos dependientes, de la excursión programada o de la ayuda para desenvolverse, y ellas
mismas sean sujetos activos e inversores en cualquier actividad y sector
económico.
Para información sobre este tema se útil el siguiente
enlace: http://www.mayoresudp.org/tu-dinero/
La foto corresponde a la Asociación AARP que agrupa a millones de jubilados en Estados Unidos.