El miércoles 10 de julio el presidente de Lares, Julián de Armas ha participado en El Escorial en la mesa redonda "Evaluación y acreditación de los modelos de cuidados de larga duración” programada dentro del curso "Cuidados de larga duración en Europa y en España: necesidades, perspectivas y respuestas” y con gran relevancia para el sector de la atención a personas mayores dependientes en residencias para tercera edad, centros de día o ayuda a domicilio en los ámbitos social y sociosanitario.
Se trata de uno de los cursos especializados organizado por la Universidad Complutense de Madrid en el ámbito de su programación de verano que se desarrolla en El Escorial. Han compartido mesa con el presidente de Lares Sabina Camacho Calderón, directora general de Asispa; Albert Vergés Millet, director general de la Fundación Edad y Vida y Natalia Roldán Fernández, directora técnica de Servicios Sociocomunitarios EULEN. Ha actuado como moderadora Mª José Javaloyes López, jefa del Área de Cooperación del Imserso.
Julián de Armas ha recalcado el compromiso asumido por Lares de prestar unos servicios de calidad excelente en sus centros, basados en cuatro pilares fundamentales:
- La atención integral a la persona
- Las relaciones y derechos de la persona
- Los servicios y el entorno
- La organización profesional
En su opinión y mencionando un proverbio japonés con el que se siente absolutamente identificado "una ancianidad satisfecha es signo de la cultura de un pueblo” por esta razón hay que trabajar para que la ancianidad no se conciba socialmente como una etapa de paso, sino como un periodo donde la asistencia debe respetar la voluntad del mayor en el tipo de prestación o servicio que desea recibir.
Estas son las principales conclusiones consensuadas por los participantes:
- Aunque la atención a la dependencia ya existía, la promulgación de la Ley de Atención a la Dependencia supuso un notable avance que el desbordamiento de las previsiones iniciales sobre número de beneficiarios y la crisis económica han obligado a reformar. Aún así , es preciso preservar la eficacia - los mejores resultados - y la eficiencia - los mejores resultados al menor coste- del sistema.
- En España y en Europa la tendencia es cuidar a las personas (dependientes, ancianos o discapacitadas) con cuidados de larga duración en sus propios domicilios con profesionalidad, adaptación de los hogares e incorporando los avances de gestión.
- Es necesario fomentar la autonomía personal y la vida independiente que pueda ganar en desarrollo gracias al uso de las nuevas tecnologías.
- Los cuidados de larga duración y la atención a la dependencia (tanto a personas mayores como a los que no lo son) tienen un componente asistencial que hace necesario dar cada vez más importancia a la promoción de la salud, a la prevención y a la rehabilitación a lo largo de la vida.
- En todo el ámbito de la UE hay una preocupación por la viabilidad financiera de los sistemas de protección social, en especial de la sanidad, las pensiones y los cuidados de larga duración ya que la evolución demográfica y el aumento creciente de la tasa de dependencia juegan en contra. Será preciso redimensionar dichos sistemas para que sean adecuados, sostenibles y financieramente viables.
- Si se quiere hacer sostenible económicamente el sistema de atención a la dependencia, se debe apostar por las prestaciones de servicios, porque a medio y largo plazo resultarán menos costosas en relación al PIB que las prestaciones económicas.
- Se han expuesto los avances y limitaciones que ha tenido la aplicación de la Ley, en especial el relativo a su financiación, así como la necesidad de buscar una corresponsabilidad de todas las administraciones procurando su convergencia efectiva en beneficio de todos sus ciudadanos.
- Es necesario un mayor empoderamiento de las personas mayores. Deben poder tomar su propias decisiones a medida que envejecen y elegir el servicio o prestación que estimen el más adecuado para sus necesidades.
- Se ha detectado la preocupación existente en toda Europa y en España por interrelacionar y asegurar financieramente, de cara al futuro, los sistemas sanitarios, de pensiones y cuidados de larga duración.
- Es imperiosa la necesidad de fomentar una buena calidad en los cuidados de larga duración. La calidad es la mejor garantía de su mantenimiento y eficacia.
- Deberían fomentarse todos los instrumentos de previsión social, no sólo públicos sino también privados, para garantizar que las situaciones de dependencia pueden atenderse cuando se llega a ellas.