Uno de los múltiples debates a que se enfrenta la futura regulación de la dependencia es el de la forma en que se debe atender a los mayores en su domicilio. La discusión ya no es si es mejor optar por esa vía o por el fomento de la institucionalización (en ese campo, el dinero ya ha dictado un veredicto inapelable), sino si lo mejor es dar dinero a los cuidadores informales para que atiendan de una forma más desahogada a los dependientes o prestar directamente un servicio "formal" y estructurado.
Antes de que la lógica presupuestaria nos marce que lo mejor es dar el dinero a las familias quizá deberíamos reflexionar sobre los pros y contras:
Entiendo que, desde una perspectiva administrativa la mejor vía es dar apoyo económico a quien atiende a su mayor en casa. De esta forma la cantidad asignada puede dejarse estancada durante varios años o aplicar una subida automática equivalente al IPC sin generar posibles conflictos laborales. Además, dando una cantidad de 100 o 120 Euros mensuales a una familia, en las estadísticas del Departamento aparece una unidad más en la tabla de personas atendidas. Por contra, optar por esta vía supone un claro fomento de la economía sumergida: no es un secreto para nadie que la manera más económica de contratar una "ayuda" para cuidar a una persona mayor en su casa es pagar sin factura a alguien que no tiene permiso de trabajo. La asignación directa de dinero supone, también un golpe a la incorporación al trabajo "productivo" de las mujeres que se queden en casa cuidando del mayor (quiero decir con una nómina que les permita tener cierta autonomía). Además, la entrega de dinero supone una cierta renuncia al control posterior del uso del dinero con lo que, puede darse el caso de que la ayuda acabe pagando otros gastos de la unidad familiar.
La contratación por parte de la administración de servicios de atención domiciliaria tiene también pros y contras. Para empezar, se trata de un servicio caro que hasta ahora las administraciones han comprado barato (la concurrencia de múltiples proveedores en concursos públicos ha generado a veces ofertas de precios ridículamente bajos) y con una expectativa de encarecimiento considerable. La atención domiciliaria tiene, además una tendencia al incremento ya que la presencia de un profesional en casa del receptor, hace que la necesidad de aumentar las horas de atención se transmita directamente al órgano administrativo que logestiona. Por otro lado, la calidad asistencial que puede prestar un profesional y el control que los poderes públicos pueden ejercer sobre la prestación aumenta considerablemente. Todo ello sin contar que, la contratación de profesionales genera actividad económica, pago de impuestos y riqueza para el país.
¿Encontraremos la virtud en el término medio?
La respuesta no está clara. Una vía que se está explorando en diferentes comunidades autónomas y ayuntamientos es la del uso del "Cheque Servicio", o sea, dinero en forma de bonos que se entrega a las personas que cuidan al dependiente y sólo puede ser pagado a empresas acreditadas a cambio de servicios. Esta vía combina ventajas de los dos sistemas y, además permite la competencia entre proveedores sin perder la supervisión del servicio. ¿Será esta la vía por la que se optará?
De momento parece ser que no. Este mes ha sido noticia la convocatoria de las ayudas "Viure en Familia" (Vivir en Familia) en Cataluña .que va por la línea de dar una ayuda económica que depende del grado de dependencia y capacidad económica. También en la Comunidad Valenciana se ha hecho público que, desde 1996 se han concedido 43.000 ayudas dentro del programa "Ayudas a personas con ancianos dependientes a su cargo" . Mientras tanto el Ayuntamiento de Vitoria ha publicado una guía para las familias que cuidan en su casa de sus mayores (noticia del Correo Digital) y en el Sur de Asturias el programa "Rompiendo Distancias" consigue, en palabras de la Consejera de Vivienda y Bienestar Social, que los mayores del entorno rural puedan permanecer donde viven (Noticia Aparecida en el Periódico LaHoradeAsturias.com)
El debate está abierto.