Sin embargo, en esta ocasión,
debemos hacernos eco de una noticia que ha salido en la prensa y que produce
estupor e indignación entre las personas afectadas y sus familias, pues podría
estar mejorando mucho sus expectativas en una enfermedad tan invalidante. Se
trata de la paralización de las investigaciones de la farmacéutica Pfizer.
Según los datos obtenidos por el diario The Washington Post, en 2015, Pfizer, con sede en en Estados Unidos, descubrió que un inflamatorio, Enbrel, utilizado con éxito en la artritis reumatoide podía reducir el riesgo de padecer alzhéimer en un 64 %. Sin embargo, la compañía decidió no seguir investigando y ocultar los estudios realizados.
El paso que debería haber dato, tras el análisis de cientos de miles de indicios, era el del ensayo clínico. La compañía alega que se trataba de un ensayo costoso, 80 millones de dólares, y por eso no lo hizo. Lo cierto, es que en la cuenta de resultados de la farmacéutica, se trata de una cantidad muy poco relevante.
Es más, en una presentación interna de Pfizer en 2018, se afirmaba que «Enbrel podría potencialmente prevenir, tratar y retardar la progresión de la enfermedad de Alzheimer de forma segura». Sin embargo, la compañía dice ahora, después de tres años de revisiones internas, que Enbrel no se mostró prometedor para la prevención del alzhéimer porque no llega directamente al tejido cerebral. Por ello, consideró que la probabilidad éxito de un estudio clínico es baja y una sinopsis estadística señala que no cumple con sus «estándares científicos rigurosos». Por ese motivo, decidió ocultar los resultados.
Tampoco se ve razonable no haber publicado los datos para que estuvieran disponibles para otros investigadores. Tanto si se confirmaba como si no la eficacia, saberlo era muy valioso para probar o desechar tratamientos.
Los hechos constatados son que cuando las deliberaciones de Enbrel terminaron a principios del 2018, Pfizer ya había anunciado que cerraba su división de neurología y había despedido a 300 empleados. Mientras, Enbrel había dejado de ser rentable por que había caducado la patente y ya había genérico, lo que eliminó el incentivo financiero para seguir investigando.
Se trata de que no haber facilitado los datos en su momento, puede perjudicar de manera muy directa a quienes corren el riesgo de desarrollar Alzheimer al impedir la investigación.
La inflamación cerebral en el alzhéimer se está estudiando. En 2016, investigadores de las universidades de Dartmouth y Harvard publicaron un estudio, similar a los hallazgos internos de Pfizer, que mostraron un beneficio potencial de Enbrel. De hecho, se afirma que Enbrel «se muestra prometedor como un posible tratamiento» para el alzhéimer. El ensayo clínico para probar la hipótesis llevaría cuatro años e involucraría de 3000 a 4000 pacientes.
Esperamos se publiquen los resultados internos de Pfizel y pueda avanzar la investigación.