«Si la persona no sufre deterioro cognitivo o si este es leve y
no existe ninguna patología grave, mantener como residencia su hogar
puede ser una buena opción, siempre y cuando se eviten los
efectos del aislamiento para mantener una correcta estimulación cognitiva
y una buena actividad física», afirma el doctor David Curto, jefe de Gestión
Asistencial de Sanitas Mayores.
En este sentido, los programas de atención domiciliaria proporcionan al mayor la posibilidad de permanecer en su medio habitual, gracias a una serie de atenciones o cuidados personales, domésticos, sociales y técnicos, que se pueden prestar mediante profesionales que acuden a los hogares de los usuarios.
«Es esencial contar con recursos que se centren en aspectos como la movilidad, la seguridad o la potenciación de la autoconfianza con el fin de mejorar la calidad de vida. Teleasistencia, centros de mayores o atención domiciliaria son algunos de las alternativas más extendidas y cumplen un valioso papel para que los mayores puedan mantener su autonomía mientras así lo quieran y sea posible», añade el doctor David Curto.
Según la encuesta de Personas Mayores del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de 2016, casi 9 de cada 10 de los mayores prefiere continuar viviendo en el hogar el mayor tiempo posible aunque sea en solitario. Este dato explica que el 70 % de los encuestados considere útil contar con prestaciones asistenciales como el apoyo personal, la asistencia en las tareas del hogar o el acompañamiento a consultas, servicios que les permitirían aumentar su independencia y autonomía en caso de convalecencia.
Son muy interesantes estos datos que valoran no solo las cuestiones económicas, sino que toman el pulso a los deseos y tendencias de las personas mayores que sirven para planificar servicios futuros de atención domiciliaria, centros de día, residencias geriátricas, teleasistencia, etc.