Las personas mayores también desean vestir a la moda, ofrecer una imagen
actual y sentirse integradas y con buen aspecto. Esta aspiración puede ser una
oportunidad económica muy interesante.
Se calcula que en 2050 la población residente en España mayor de 65 años
será del 53 %, es decir más de la mitad de los consumidores del país
pertenecerán a una franja de edad muy definida y que con toda seguridad tendrá
gustos y necesidades de lo más variado.
El envejecimiento de la población está llevando a la industria de la moda a
empezar a pensar que la tercera edad es un sector en el que hay que fijarse y
para el que hay que trabajar de manera específica, igual que han hecho otras
industrias como las de telefonía y las de diversos aparatos electrónicos que
facilitan la vida a las personas con problemas de movilidad, de vista, etc. o
con menor preparación tecnológica por cuestiones generacionales
La realidad es que cuando llega la edad de jubilación las personas con 65
años y más no se sienten ancianas como veían a sus padres, sus expectativas
vitales son amplias y su calidad de vida mayor. Sin embargo, a medida que pasan
los años, menguan las opciones de ropa adecuada, cómoda y atractiva para ellas,
y no estamos hablando de un traje o un abrigo más o menos bonito, eso estará
siempre, sino de prendas que contemplen las dificultades que se presentan
cuando ya no se es del todo autónomo para moverse o asearse o cuando se vive en
un entorno colectivo en el que para una adecuada higiene practicidad.
De hecho, empresas textiles se ha fijado en ellas y han creado departamentos
especializados en ropa para personas mayores y con movilidad reducida.
Se trata en su mayoría de ropa interior de señora y caballero, pijamas,
batas, camisetas térmicas, calcetines… aunque también hay blusas, pantalones,
pantalones, chaquetas...
Estas prendas están preparadas para que sean fáciles de poner y quitar y
para ser lavadas en máquinas industriales, por lo que son especialmente
adecuadas para residencias geriátricas.
De vez en cuando decimos en Inforesidencias, y nos cansaremos de
repetirlo, que la autoestima, el sentirse a gusto con la imagen que se proyecta
y poder elegir en aspectos tan básicos como la ropa, forma parte de una vida de
calidad, mejora la salud física y contribuye a mantener la salud mental.
Saludamos pues esta iniciativa tan interesantes y esperamos que más empresas se
sumen a ella.