La importancia de aprender idiomas en la tercera edad

15/07/2022

Pese al ligero declive de la neuroplasticidad, hay tantas formas diferentes de estudiar lenguas que casi es imposible no hacerlo. Muchos de los recursos se pueden encontrar en internet, tanto aplicaciones para hacer lecciones diarias como profesores que impartan clases presenciales o mediante videollamada. Además, aprender un idioma ayuda a retrasar los efectos iniciales de la demencia y favorece una vida activa y social. Se puede hablar con gente de otras partes del mundo e incluso podemos considerarlo una excusa para viajar. Sin olvidar que algunas CC. AA. de España son bilingües, por lo que también es útil emplear más de un idioma en el día a día.  

Loro viejo no aprende a hablar. Este refrán puede ser cierto para algunas cosas. Por ejemplo, nunca verás a un anciano de 80 años usando un iPad con tanta soltura como un niño de 5. Sin embargo, también es una de las razones por las que muchos tienen prejuicios respecto a la gente mayor que quiere aprender nuevos idiomas. Aunque sea cierto que con la edad se pierde neuroplasticidad y se "absorbe”, pongámoslo así, mucho más conocimiento en las primeras etapas de la vida, no hay excusa que valga para aprender una lengua una vez comenzada la tercera edad. Y es que puede resultar muy beneficioso.

Al final, ¿qué es aprender una lengua sino un desafío? Está demostrado que los juegos para el cerebro, como los puzles o los crucigramas, ayudan a retrasar el declive cognitivo y, de hecho, ayudan a combatir los efectos iniciales de la demencia. No es solo divertido, sino que también es espléndido para la salud.

Un nuevo mundo se abre para aquel que estudia idiomas. Lo más enriquecedor de esta experiencia es abrir las puertas a una nueva cultura. Nunca es demasiado tarde para aprender cosas nuevas y hacer amigos. Se trata de una oportunidad perfecta para hablar con personas de otras partes del mundo. Y, ¿por qué no? Incluso para viajar.

Ya hemos mencionado la facilidad con la que las nuevas generaciones están asimilando la tecnología, pero nunca es demasiado tarde para intentar aprender a navegar por la red. Es en internet donde más recursos se pueden encontrar para aprender un idioma, ya sea Duolingo o Babble. Estas aplicaciones ayudan a asentar una base con sus lecciones diarias. Como ventaja añadida a los más mayores, estas clases de no más de 15 minutos se incorporan a la rutina, necesaria para tener una vida activa.

Aunque la tecnología sea muy cómoda, parte del encanto de aprender un idioma es conocer gente nueva, entre ellos al profesor. Ya sea de forma presencial o por nuestro bienamado Zoom, que tanto nos ha acompañado durante la pandemia, las personas más mayores pueden elegir lo que más cómodo les parezca. 

No hay que olvidar que España es un país plurilingüe. Muchos de los ancianos hablan por lo menos dos lenguas desde que nacieron. Por ejemplo, en algunas residencias de Guipúzcoa prefieren hablar en euskera. Al ser un idioma que estuvo prohibido durante su infancia, es ahora cuando agradecen que el personal de las residencias se dirija a ellos en la lengua cooficial. Sin necesidad de ser muy elocuentes, algunos se conforman con las pocas palabras que pudieron aprender cuando eran jóvenes para conversar.

En resumen, aprender un idioma o incluso hablar más de uno en el día a día, ayuda a paliar los achaques de la edad. Es muy importante tener una vida activa a esa edad, y esta es la forma más enriquecedora de hacerlo. 

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