Las mujeres son esenciales para cuidar de los mayores con demencia

08/04/2021

Cuando se habla de cuidados de mayores, ya sea en sus hogares, centros de día o en residencias de la tercera edad, indudablemente pensamos en las mujeres: madres, hijas, tías, cuidadoras profesionales…; sin embargo, apenas nos dedicamos a valorar lo mucho que su papel representa para mantener y mejorar la calidad de vida de cientos de personas mayores dependientes con alzhéimer. Por eso, la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) reivindicó el pasado 8M —Día Internacional de la Mujer— lo importantes que son. 

En nuestro país, según los datos de CEAFA, el cuidado de la persona con Alzheimer y otras demencias es mayoritariamente femenino. El 76 % de los cuidados de las personas con demencia en el ámbito familiar lo realiza una mujer, quien, además, debe compaginar esta tarea con sus obligaciones profesionales y de atención al propio hogar.

Este 2021, Naciones Unidas ha elegido el lema «Por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19»poniendo el foco en dos cuestiones: en la desigualdad estructural de las mujeres y en que la crisis sanitaria, social y económica provocada por la covid-19 ha sido y va a ser particularmente dura en la vida de las mujeres, quienes han desempeñado un papel extraordinario en el ámbito sanitario, la investigación y los servicios esenciales, pero también asumiendo la responsabilidad de los cuidados en el ámbito privado. 

La crisis de la COVID-19 ha afectado más a las mujeres. Son muchas las trabajadoras que han debido acogerse a un ERTE, entre ellas muchas de las entidades y asociaciones del tercer sector de acción social al que pertenece CEAFA, o las que se han visto perjudicadas en otras profesiones. Son muchas las que han debido esforzarse en conciliar el trabajo, las tareas de casa, el cuidado de sus hijos e hijas, o el cuidado de padres, parejas y familiares dependientes.
 
Por eso, es necesario subrayar la labor que cada día realizan las cuidadoras familiares: esposas e hijas de pacientes con demencia que sufren una mayor precariedad laboral, que necesitan políticas activas y recursos para afrontar la lucha contra la desigualdad, la persistencia de la brecha de género, profesional y salarial, la brecha digital, la dificultad para conciliar todas las facetas de su vida, o las situaciones de aislamiento, pobreza, soledad y estigma.

Para Naciones Unidas, la crisis "ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan” y advierte de los nuevos obstáculos generados por la Covid-19, que vienen a unirse a los ya existentes.

Son muchos los desafíos y los obstáculos a superar, las pruebas que las mujeres y, sobre todo, las mujeres cuidadoras familiares han tenido y tienen por delante. La pandemia va a obligar a la sociedad a incorporar una serie de cambios, fruto del aprendizaje durante esta crisis sanitaria.

No debemos permitir que el trabajo de las mujeres en general y el de las cuidadoras familiares, en particular, siga siendo ajeno a los intereses comunes. Es necesario que se desplieguen políticas específicas y rotundas dirigidas a luchar contra esta manifestación de desigualdad que afecta a mujeres de toda edad y condición.


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