Las vacaciones en la tercera edad

22/06/2018

Termina el mes de junio y, con él, comienza uno de los periodos del año más ansiados por la población (también por parte de la población mayor): las vacaciones de verano.

Muchos abuelos se hayan vinculados estrechamente a la vida de sus hijos y nietos, pues no son pocos los que deben ocuparse de realizar tareas que sus hijos no pueden desempeñar o atender a sus nietos (llevándolos al colegio, al parque, ayudándolos con las tareas escolares…).

Vacaciones de ancianosEs cierto que la estación veraniega favorece los viajes en familia, la conciliación de la vida familiar… Sin embargo, no son pocos los ancianos que viven en centros geriátricos o están ingresados en otras instituciones por problemas de salud y pasan los meses de verano sin recibir visitas familiares que, durante el resto del año, los van a ver con cierta asiduidad, lo que provoca sentimientos de aislamiento y soledad en la población mayor.

Para combatir estos sentimientos, el estudio «Combatir la soledad de los mayores» propone distintas estrategias de interés:

  • Comprender que hay distintos tipos de soledades.
  • Reforzar la coordinación a nivel individual a través de asistentes sociales.
  • Fomentar las relaciones con los vecinos.
  • Favorecer las socialización de la persona mayor con su entorno cercano.

Sin duda, prestar atención a estos detalles permitirá que la persona mayor que vive en un centro geriátrico sin su familia no experimente estos sentimientos. Por otra parte, si la persona anciana vive en su hogar, el verano puede ser una etapa estupenda para acudir a un centro de día, donde realizar actividades que favorezcan el envejecimiento activo y socializar, o disfrutar de una estancia de verano en una residencia para personas mayores, donde gozará de la atención necesaria por parte del personal del centro, participará en talleres y desarrollará su faceta social.

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