Los centros de día especializados no son sitios donde dejar al familiar enfermo unas horas, son lugares a los que se debería acudir desde el primer síntoma de la enfermedad, pues allí los terapeutas programan actividades y ejercicios esenciales para mantener el mayor tiempo posible una vida autónoma y de calidad.
Sin embargo, muchas familias esperan a que el deterioro del enfermo sea alto o a que la situación en el hogar sea muy complicada para acudir al centro. Esa espera oculta a veces prejuicios y a veces la creencia que son sitios de respiro familiar, en lugar de centros especializados en terapias y recursos para combatir la enfermedad.
Los neurólogos recomiendan que desde que la enfermedad se manifiesta se debe llevar a cabo terapia, igual que sucede con otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson. La calidad de vida de enfermos y cuidadores sin duda será mejor, además, se contará con el asesoramiento de personal especializado que dará claves de cuidado y autocuidado, rehabilitación, convivencia, recursos sociales a los que acudir etc.
Según la modalidad administrativa, existen centros públicos, privados y concertados con la Administración (comunidades autónomas o ayuntamientos). Las familias puede acudir a los privados de manera individual o bien pueden acceder a una plaza pública a través de la Ley de Dependencia. En todos los casos, el equipo profesional del centro valorará la situación del nuevo usuario y se aplicará un programa de intervención personalizado.