Las personas mayores cada vez están, además, más familiarizadas con las nuevas tecnologías y quienes ahora se jubilan no son ajenos a los avances de los productos «inteligentes» como los teléfonos. Por ello, y porque es un colectivo con estabilidad en los ingresos y menos cargas familiares, son un posible consumidor que las grandes marcas que presentan sus prototipos de coches autónomos no quieren dejar pasar.
John Krafcik, máximo responsable ejecutivo del Proyecto de Auto Autónomo de Google, ha contado la experiencia de Florence Swanson y de su propia madre, ambas de 96 años y que habían renunciado a renovar su permiso de conducir. El impacto en la autonomía que sintieron para poder realizar sus actividades diarias fue lo más destacable.
Por su parte, en Japón, la compañía Toyota enfoca su visión en la seguridad vial, incidiendo en la previsible disminución de los accidentes de tráfico ocasionados por conductores mayores.
La tecnología es un gran aliado para las personas mayores, contribuye al envejecimiento activo al permitirles que sigan realizando tareas cotidianas, al aumentar sus posibilidades de comunicación, al aprender de distintas maneras… Los robots inteligentes y las máquinas contribuyen a facilitar las tareas en las casas y en las residencias de mayores, donde se pueden monitorizar desde tratamientos a un sinfín de posibilidades.
Los coches autónomos, son una oportunidad más en el mantenimiento de la autonomía personas cuando ciertas discapacidades o la pérdida de reflejos natural de la edad hacen que las personas mayores renuncien a conducir. Esperamos con interés la evolución de estos coches y sus aplicaciones cuando lleguen al mercado.