Los peligros del verano: la insolación

06/07/2018

El aumento del número de horas de luz y las buenas temperaturas favorecen favorecen el envejecimiento activo en las personas mayores, pues resulta apropiado para disfrutar de las actividades al aire libre, realizar viajes o cambiar la rutina respecto a la estación anterior.

Sin embargo, conviene tomar en cuenta una serie de precauciones para evitar los temibles golpes de calor o insolaciones y detectarlos a tiempo.

Anciana que toma el solSufrir una insolación es una de las situaciones médicas más habituales en esta época del año.

Algunos síntomas son los siguientes:

  • Rubicundez en la cara debida a la elevada temperatura corporal.
  • Nauseas y vómitos.
  • Dolores inensos de cabeza.
  • Pulso rápido y fuerte
  • Fatiga muscular.
  • Sed intensa y suderación abundante.

Para evitar este tipo de problemas, resulta aconsejable tomar bebidas frías que no contengan cafeína ni alcohol, tomar baños y refrescarse con agua fría, vestirse con ropa ligera, no realizar actividades físicas intensas y, si es posible, permanecer en zonas frescas durante las horas de mayor calor.

Una buena opción es acudir a centros recreativos y sociales, como los hogares del jubilado, donde suelen estar instalados equipos de aire acondicionado y ventilación, además de ofrecer refrigerios y bebidas frías, tal y como sucede en los centros de día y en las residencias geriátricas.

 

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