Mascotas robot como terapia para las personas con trastorno cognitivo

29/01/2018

En Inforesidencias estamos atentos a todas las innovaciones que pueden mejorar la calidad de vida de las personas con deterioro cognitivo. Ya hemos hablado de uso de el robot-foca en residencias de Japón; ahora nos llega la noticia de que en EE. UU. se empiezan a usar mascotas robóticas con forma de perro o gato con intención terapéutica.

Foca Paro Nuka robot residenciasLa experiencia que nos ha llegado es la de la residencia de la tercera edadPalace Gardens, en la ciudad de Homestead (sur de Florida). En este alojamiento se compraron un gato y un perro robot de apariencia real, que ladran y ronronean, y se empezaron a usar como terapia con los pacientes de alzhéimer. Ante el éxito, algunos familiares han comprado mascotas robóticas para que sus parientes tengan su propio «animal de compañía».

Los animales artificiales, con su apariencia, sonidos e incluso movimientos que imitan a los naturales, centran la atención de las personas con demencias, les calman y les hacen sentir bien. Son también un recuerdo sensorial importante, como los muñecos, que hacen que de manera espontánea surjan actitudes de cuidado y protección.

Los animales son en realidad unos ingenios muy sofisticados. Tanto los gatos como los perros tienen latido simulado y responden al sonido y al tacto. Además, los gatos ronronean cuando se le acaricia y los perros al tocarlos se dan la vuelta y ladran.

Una gran ventaja de estas mascotas artificiales es que no necesitan comer, ni limpieza, ni salir de paseo. Su mantenimiento consiste en tener la batería cargada. Así, sus cuidadores-residentes pueden dedicarles horas sin las servidumbres de un animal real.

Esos animales artificiales pueden ser una buena opción para personas muy afectadas, a las que las terapias con perros y gatos de verdad puede que no les funcione tan bien como a las que tienen menos problemas, puesto que los animales reales no están disponibles a cualquier hora, tienen necesidades y, aunque están especialmente adiestrados, se debe organizar la actividad y, muchas veces, compartir el contacto.

Un perro o un gato de verdad, junto con sus cuidadores, serán siempre la opción más deseada y mejor. Las personas mayores, por muy afectadas que estén, deben seguir en contacto con el mundo y la naturaleza en la medida de lo posible y para ello existen organizaciones que llevan a las residencias de mayores perros y gatos muy especiales, como la Fundación Affinity. Sin embargo, no debemos dejar de lado a sus imitadores mecánicos, que tienen sus ventajas y, en ocasiones, son la única posibilidad de acercarse a las emociones y recuerdos para algunos.

 En la fotografía la Foca Paro durante unos de los viajes geroasistenciales de Inforesidencias.

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