Cuando se toma la decisión de que nuestro familiar estará mejor atendido en
una residencia, o cuando es él quien
toma la decisión por la circunstancia que
sea, las dudas e preguntas forman parte de la lógica inquietud que se presenta
ante un cambio vital de envergadura, tanto para la persona mayor como para su
familia.
Elegir la mejor opción no tiene por qué ser una suplicio angustioso, basta
muchas veces con ser observador, cuidadoso y estar atento tanto a las
necesidades de la persona mayor como a la disponibilidad o las circunstancias
que se estimen importantes para todos. Igual para una familia es importante que
esté cerca, para otra que tenga actividades al aire libre o un amplio jardín,
para otra que esté en un entorno urbano… Cada persona tiene sus gustos,
personalidad y necesidades y cada residencia ofrece unos servicios determinados
que se pueden ajustar o no a lo que se requiere.
Un decálogo muy sencillo nos puede ayudar.
- Visite varias residencias, a ser posible con la persona que va a vivir
allí para que pueda dar su opinión.
- Sopesar los precios en función de los servicios que se ofrecen y
considerar las distintas modalidades: pública, concertada y privada.
- Considerar según el estado de salud de la persona los servicios y
programas médicos y de terapia que se ofrecen y si es mejor que comparta
habitación o no.
- Es importante que la residencia esté en un entorno conocido y cercano en
el que la persona pueda seguir en contacto con amigos y familiares de manera
fácil.
- Es importante que la residencia esté abierta a los familiares de manera
que estos puedan acceder de manera flexible y en cualquier momento.
- Que sea un centro que tenga políticas inclusivas o de no sujeción.
- Accesibilidad. Que esté integrado en la localidad o, por lo menos, bien
comunicado de manera que se favorezca la integración en el entorno.
- Que tenga cocina propia y servicio de nutricionista.
- Que las instalaciones estén limpias, sean amplias, con espacios al aire
libre, que las habitaciones sean amplias y estén amuebladas de manera adecuada
y que se disponga de ayudas técnicas (salvaescaleras, camas articuladas…).
- Observe si hay buen clima, si percibe respeto y cordialidad tanto entre
los residentes entre sí como entre ellos y los profesionales. También si se
cuenta con un equipo multidisciplinar que abarque profesionales sanitarios,
pero también a terapeutas ocupacionales, animadores culturales, etc.