Cuidar de una persona
dependiente es puede ser muy cansado física y mentalmente y originar graves
sobrecargas que llevan a problemas de salud serios. Es un trabajo continuo, sin
descansos ni momentos de ocio personales. Es importante no sentirse culpable
por querer compatibilizar la vida personal, las relaciones y el descanso con el
cuidado de la persona querida. Que la persona mayor dependiente esté unos días
en una residencia supondrá un descanso para su familia que afrontará mejor el
regreso a la rutina.
Muchas residencias geriátricas disponen de unidades de respiro familiar, es decir, de plazas de uso temporal que se pueden utilizar por circunstancias diversas, como convalecencias tanto de la persona dependiente como de su cuidador, urgencias familiares o para descansos respiros familiares. Son estancias puntuales y acotadas en el tiempo, que responden a necesidades concretas que aseguran el cuidado.
En el momento de planificar las salidas veraniegas, debe tenerse en cuenta esta posibilidad. Los respiros familiares son imprescindibles para evitar el síndrome del cuidador, que deteriora la salud y las relaciones.
El descanso veraniego ayuda a afrontar el año. Unos pocos días al año de alejamiento de las obligaciones son saludables para la todos, incluida la persona dependiente.