Reto de alfabetización digital para las personas mayores

Hace ya casi un año y medio que convivimos con la pandemia de COVID-19, una situación mundial que ha repercutido de lleno en nuestras vidas y en la forma de trabajar, relacionarnos, pasar tiempo libre, etc. El gran impacto social comenzó con el confinamiento y, durante esos meses encerrados en casa, los medios por los que seguir comunicándonos y seguir estableciendo nuestras relaciones sociales eran limitados: teléfonos (móviles o no) e internet (videollamadas, aplicaciones, etc.). A partir de ese momento, la aceleración de la tendencia digital se impuso y, con ello, se impuso la dependencia de la tecnología para todas nuestras necesidades diarias.

A pesar de estar más digitalizados actualmente, es imprescindible destacar que este hecho ha repercutido en gran medida a nuestros mayores, tanto a aquellos que viven en residencias de la tercera edad como en sus domicilios, ya que es muy bajo el porcentaje de ancianos que están familiarizados con los aparatos tecnológicos y las tendencias digitales. Por ejemplo, durante el confinamiento, el aislamiento tuvo consecuencias negativas para los ancianos en muchos niveles, pero la poca o ninguna disposición en el acceso de dispositivos electrónicos y a las habilidades tecnológicas incrementó más la sensación de soledad y aislamiento; ya que no tuvieron forma se estar más conectados con sus seres queridos.

No obstante, las Naciones Unidas han establecido el 2020-2030 como la década del envejecimiento saludable. Para actuar en la mejora de esta generación, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, estableció en la hoja de ruta para la cooperación digital que una población más conectada implica vulnerabilidades y problemas más complejos.

Conscientes de la importancia de enseñarles las diferentes herramientas para desenvolverse en un mundo actualmente muy digitalizado, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), junto con?la?Organización Iberoamericana para la Seguridad Social (OISS)?y el apoyo de la?Fundación Astur,?están elaborando un protocolo de acceso para la inclusión de las personas mayores en la sociedad digital. Esta iniciativa ya se ha puesto en marcha en algunos países de Latinoamérica como Argentina, Colombia, Costa Rica y Honduras a través de talleres digitales para establecer los primeros contactos entre tecnología y ancianos.

En una sociedad en la que los pasaportes de vacunación están en códigos QR y el acceso a la cuenta bancaria se hace a través de una aplicación móvil, urge un plan de acción para mejorar la accesibilidad a la tecnología y, así, evitar la exclusión social de las personas mayores.