El estudio se encuentra en fase de trabajo de campo. Se han incluido ya más de 400 pacientes, en una muestra que se prevé de 2000 pacientes. Sin embargo, ya se cuenta con datos significativos. De hecho, el porcentaje podría ser mucho mayor, pues los pacientes incluidos hasta el momento son preferentemente personas de 80 años, con mayor participación del sexo femenino, con comorbilidad cardiovascular y EPOC.
Los resultados más importantes obtenidos hasta ahora destaca cuestiones preocupantes. Por ejemplo, que algunas personas con deterioro cognitivo presentaban falta de higiene, nutrición, integridad de la piel, falta de atención sanitaria o abandono. También que los pacientes mayores con sospecha de maltrato presentaban menor nivel de estudios, más antecedentes de maltrato, de trastornos psicológicos, incontinencia de esfínteres, más polimedicación, diabetes y enfermedad renal crónica. Además, estos pacientes tenían mayor nivel de dependencia y percibían peor su salud. En suscuidadores se detectaba un mayor nivel desobrecarga.
En cuanto a los cuidadores, más de la mitad son familiares de primer grado del paciente, tienen estudios primarios, viven en la misma vivienda, y 1 de cada 10 tiene un contrato de trabajo. 1 de cada 5 cuidadores presenta sobrecarga intensa y 1 de cada 10 sobrecarga leve. 3 de cada 10 de los cuidadores dieron su consentimiento para participar en el estudio.
Una forma también de maltrato es la soledad y el sentimiento de creerse una carga y un estorbo. Muchas veces es un maltrato psicológico involuntario derivado de la sobrecarga del cuidador.
Este estudio se está realizando con pacientes que acuden a atención primaria, por lo que en su inmensa mayoría viven en domicilios particulares y no en residencias geriátricas. El maltrato a las personas ancianas un problema que está ahora aflorando. Deben ponerse medidas urgentes para erradicarlo tanto el que se detecta en el ámbito familiar como en los servicios sociosanitarios para personas mayores.