Soledad no deseada: un gran reto por combatir en las próximas décadas

13/08/2021

La soledad impuesta es uno de los principales problemas o situaciones temidas para los mayores de 65 mayores de nuestro país. Según los datos del INE, en España, casi cinco millones de personas vivían solas en 2020. De esa cifra, el 43,6 % tenía más de 65 años siendo con casi un 71 % las mujeres que más padecen esa soledad impuesta. Una situación preocupante que sigue aumentando con los años; con una representación de un 6 % en los últimos años.

Se estima que, si no se actúa contra la soledad, es muy probable que en 2035 haya medio millón de ancianos que vivirán en una soledad forzosa, unos datos de los que vimos un adelanto durante la pandemia de COVID-19, en la que se agravó la situación de los mayores. La pandemia ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los abuelos y abuelas dejando al descubierto una soledad no deseada que ya venía arrastrándose desde hace tiempo.

Por ello, la Fundación Mémora ha creado un observatorio en el que las ciudades llevan algunas iniciativas para combatir la soledad no deseada en el proceso final de la vida. El entorno más cercano para estas personas son las ciudades. Algunos datos muestran como el 75 % de las personas habitan en grandes urbes y, en la mayoría de las veces, no se conoce a quién es nuestro vecino. Un reto mayúsculo e importante que necesita respuestas se impulsan en las diferentes ciudades españolas.

Como indican desde la Fundación Mémora: «Debemos recuperar el valor del cuidado, este debe ser el centro del valor ético. Todos debemos dar y recibir cuidados a lo largo de la vida, y especialmente en situaciones de vulnerabilidad».

Una ciudad que cuida es aquella que involucra a toda su ciudadanía en la atención al final de la vida. No solo a través de servicios básicos como la salud, también con la participación activa de toda la comunidad para conseguir que las personas mayores tengan un envejecimiento activo y saludable.

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