En la provincia de Alicante las plantillas de enfermeros en residencias para mayores y hospitales lleva varios años sin ampliarse. Esto ha ocasionado una grave carencia de estos profesionales que repercute de manera directa en la atención a las personas mayores, además de su carga extra de trabajo.
Se dan casos de residencias de tercera edad con una enfermera para 300 usuarios y de plantas de hospitales en las que una persona atiende a 30 pacientes en el turno de noche. Esta situación se hace más grave en verano, cuando directamente por falta de personal dejan de prestarse servicios.

Según un estudio del Sindicato de Enfermería,
Satse, los hospitales, residencias y centros de salud alicantinos necesitarían 2000 profesionales para ajustarse a la media nacional de 5,3 enfermeros por cada mil habitantes. La provincia, cuenta con una ratio de 4,08 por cada mil, la más baja de la Comunidad Valenciana. Otro estudio del Consejo de Enfermería coloca a Alicante como la penúltima provincia del estado en número de enfermeros.
El envejecimiento de la población ha hecho que el aumento de patologías y necesidad de cuidado haya crecido, situación que con las plantillas congeladas, no se puede asumir con garantías. La situación en los hospitales provoca retrasos en pruebas y administración de medicamentos y estrés en los profesionales. En los centros de salud se han suspendido los programas de seguimiento a enfermos crónicos y las visitas programadas a domicilio por falta de personal y solo se acude en casos de urgencia.
En atención primaria el número de profesionales de enfermería siempre es menor que el de los médicos, lo que provoca que por cada paciente de un médico el enfermero lleva uno y medio. La falta de enfermeros en las residencias para mayores crea situaciones de desatención en pacientes que están polimedicados o que precisan de curas.
Para tratar de paliar esta situación, que se repite en otras muchas provincias españolas, el Satse ha iniciado una campaña de recogida de firmas con el objetivo de que el Congreso debata una iniciativa legislativa popular que garantice por ley un número máximo de pacientes por cada enfermero.