El ingreso en una residencia de personas mayores

Ingreso en una residencia de mayores

Cuando llega el momento de ingresar en una residencia para personas mayores, ya sea para nosotros mismos o para un familiar, es importante tomar ciertas decisiones con cuidado para evitar problemas en el futuro. Aún hoy, muchas personas asocian las residencias geriátricas con asilos y ven este paso como algo negativo. Es crucial superar esas percepciones anticuadas y enfocarse en lo que realmente importa: para un 5% de las personas mayores, una buena residencia es una excelente opción. Las residencias de hoy en día son muy diferentes de las de hace décadas.

Estos son algunos aspectos clave a considerar al ingresar en una residencia:

El contrato asistencial de la residencia

La ley establece que es obligatorio firmar un contrato de servicios cuando una persona entra a vivir en una residencia geriátrica, ya sea pública o privada. Este contrato define los derechos y obligaciones de ambas partes. Debido a que el contrato suele ser extenso y con mucha información, es recomendable llevarlo a casa y leerlo detenidamente antes del ingreso. Anotar todas las dudas que surjan y consultarlas con el director de la residencia puede evitar futuras controversias. Un contrato bien redactado y entendido por todos ahorra muchos dolores de cabeza.

El precio: ¿Cuánto cuesta vivir en una residencia y qué incluye?

Uno de los aspectos que genera más dudas es el precio de la residencia geriátrica. Generalmente, el precio puede ser una cantidad fija que se mantiene durante toda la estancia, con ajustes por el IPC, o puede variar según el grado de dependencia del residente. Si la dependencia aumenta con el tiempo o si la salud se deteriora, es posible que el precio también suba debido al incremento de la asistencia necesaria. Es fundamental aclarar dos puntos:

  • ¿Cómo se determinará el grado de dependencia: con un documento oficial o con criterios internos?
  • ¿Cuál es el precio máximo que podría llegar a pagar en cualquier caso?

También es importante preguntar qué servicios están incluidos y cuáles no. Es habitual que la peluquería o la podología se paguen aparte, pero algunas residencias ofrecen otros servicios considerados adicionales.

El Reglamento de Régimen Interior

Además de leer bien el contrato asistencial, es necesario conocer el Reglamento de Régimen Interior de la residencia. Este documento incluye aspectos como los horarios, las condiciones de admisión y bajas, y las normas de convivencia.

Una vez firmado el contrato, se considera que se ha aceptado tanto su contenido como el del reglamento de régimen interior. Por ello, aunque pueda parecer tedioso, es imprescindible leerlo y hacer las preguntas necesarias.

¿Qué pasa si la persona mayor no puede decidir por sí misma debido a la demencia?

Cuando se trata de ingresar a una persona con demencia en una residencia, el proceso es especial, ya que se considera que la persona no puede tomar decisiones por sí misma. En algunos casos, es necesario contar con una autorización judicial para el ingreso, aunque esto es poco común.

Es recomendable consultar con el director de la residencia o el trabajador social sobre el procedimiento específico en la zona. Aunque la ley es la misma en toda España, cada comunidad autónoma tiene su reglamentación, lo que puede hacer que el procedimiento varíe según la ubicación.

Resolución de dudas

No debemos tener miedo o vergüenza de preguntar todas las dudas que tengamos al director de la residencia geriátrica. Tampoco debemos temer expresar nuestras discrepancias, incluso si esto nos lleva a elegir otro centro. Es importante recordar que, una vez ingresada, una persona suele vivir en la residencia durante tres años o más. Invertir tiempo en investigar y asesorarse por alguien de confianza es esencial.

Cuando contratamos el servicio de una residencia para la tercera edad, la confianza es clave. Es recomendable hablar detenidamente con la persona en quien depositaremos esa confianza: el director o directora. Si creemos que podemos confiar en él o ella, planteemos todas nuestras dudas.

Autor del texto: Josep de Martí, Gerontólogo Social y Jurista