Como ya hemos visto en otras ocasiones, se ofrecía un producto muy complejo a personas sin preparación financiera, a la que no se informa de manera clara y suficiente. Lansbanki concedía un préstamo con la garantía una hipoteca de la vivienda, el préstamo consistía en un seguro de vida del cual el banco retenía la mayor parte o la totalidad del dinero y lo invertía en otros productos financieros. El banco aseguraba una gran rentabilidad y soslayar el impuesto de sucesiones. Lo que pasó es que el banco quebró y los clientes se quedaron con una deuda que no podían asumir.
La defensa del banco alega que solo concedían créditos y que los clientes compraron voluntariamente el producto, hechos que estos niegan. Lo cierto es que las clausulas abusivas y la obligación de asumir una deuda muy alta de la que no se les había advertido ya ha hecho que ya un matrimonio de Vélez-Málaga haya visto cómo se ejecutaba la hipoteca de su casa y se embarga su pensión de jubilación. El resto de personas afectadas temen que se vean abocadas a la misma situación, aunque, se han conseguido para diez ejecuciones hipotecarias y dos juzgados de Marbella y Fuengirola que les han dado la razón a los demandantes y han declarado la nulidad de los contratos.