En 2017 los servicios de emergencias de Málaga capital atendieron 1131
caídas de ancianos que vivían solos en sus casas, es decir, una media de tres
personas al día. Pero, además, hay casos extremos, como los 45 ancianos
abandonados en 2017 en los hospitales por variados motivos: extranjeros sin
familia, familias que se niegan a su cuidado… teniendo que actuar en algunas
ocasiones la fiscalía.
En Málaga capital viven 23 668 personas mayores de 65 años solas en
sus casas, de ellas, alrededor de 4000 personas mayores de 80 años que están
solas en sus domicilio a veces con solo un dispositivo de teleasistencia y, en
ocasiones sin ni siquiera ese apoyo. Málaga tiene 572 267 habitantes, por
lo que las personas que están en la llamada tercera edad suponen el 27 %
del total de la población.
En la provincia también se extiende este problema, pues cerca de65 000 personas viven solas y es una realidad que aumenta cada año: en
solo cuatro años el número de hogares unipersonales cuyo ocupante tiene más de
65 ha crecido en un 12,3 %, y son ya 42 % del total de viviendas con
una sola persona.
Cuando los servicios de la Unidad de Emergencia Social acuden a las casas
de las personas mayores, se suelen encontrar con la persona sola, rodeada de
fotos, pero sin que nadie se haga cargo de ella. La Unidad de Emergencia Social
(UME), dependiente del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga.
Esta Unidad funciona desde hace tres años y se ha convertido en una herramienta
imprescindible para la atención a este colectivo vulnerable. El 80 % de
los casos que atienden son emergencias de ancianos solos y es el nexo que une
la primera atención de la emergencia, a veces en colaboración con los bomberos
o la Policía Local cuando acuden a la vivienda y también ayudan a través de los
servicios sociales comunitarios con una ayuda específica en el propio hogar o
bien ayudando con el ingreso en una residencia geriátrica cuando la persona no
se puede valer por sí misma.
Hay un motivo demográfico que explica esta soledad. En apenas una década,
la población de más de 65 años en la provincia ha crecido más de un 30 %,
con todo lo que eso implica. EL aumento de esperanza de vida y el cambio de
estructura familiar inciden en que crezca de manera alarmante el número de
personas mayores que viven solas sin apoyo de ninguna clase. De hecho, la UME
de la capital va a doblar el servicio con otra unidad completa que funcione los
365 días del año, las 24 horas del día.
La Diputación a nivel provincial y el Ayuntamiento a nivel municipal van a
implementar una batería de planes específicos para atajar este problema. El
primer plan va a ser de ámbito provincial y consiste en una mesa técnica que
elaborará un censo y seguirá todos los casos, tendrá un servicio telefónico de
acompañamiento y un proyecto piloto para implantar domótica en los hogares de
los ancianos para monitorizar su bienestar.
Por su parte, el Área de Derechos Sociales del
Ayuntamiento impulsará el «Proyecto Antena», que busca «centinelas» de
referencia en los barrios (panaderos, quiosqueros…) que estén pendientes de las
rutinas de los ancianos de su entorno y detecten cuando alguna cambia o la
persona no acude. También se iniciará una prueba piloto que consiste en hacer
el seguimiento de unas mil personas mayores de la capital con principio de
deterioro cognitivo a través de pulseras con GPS.