El Periódico de Aragón, 29 de Junio de 2003
Las residencias privadas de la tercera edad conforman un sector claramente emergente en la red empresarial aragonesa. En tan sólo dos años, el número de centros privados se ha incrementado en un 18%. En el año 2001 había 183 en Aragón, mientras que en la actualidad hay 223. No obstante, hay que distinguir entre la tradicional empresa de servicios sociales de los nuevos grupos empresariales que han surgido en los últimos años, aumentando así la media cuantitativa y cualitativa de los anteriores.
El nacimiento de estas nuevas sociedades mercantiles, que ponen en el mercado residencias de ancianos que ofertan más de 70 camas cada una, responde, además de a la demanda social que año a año se incrementa en cuanto a número de plazas residenciales en Residencia geriátricas de Aragón, al negocio que hay detrás de estas empresas.
"El beneficio no es tanto como en un principio parece", asegura la Junta Directiva del la Asociación de Centros de Asistencia y Servicios Sociales de Aragón (ACASA). Sin embargo, su rentabilidad se sitúa entre el 8 y el 12%, según han reconocido a este periódico diferentes directivos del sector. Es decir, el beneficio que saca la empresa de cada residente es más o menos el 10% de la tarifa que se le aplica. Por ejemplo, si una persona paga 1.400 euros, 140 son ganancias para el centro. Dependiendo de las características del cobro, del gasto, del tipo de centro y de la situación del residente (válido o dependiente) el beneficio será mayor. Estos rendimientos empresariales que se esconden detrás de las residencias privadas no son siempre reconocidos -incluso, a veces, intentan ser ocultados por los gerentes o directivos de algunas compañías.
Desde la Junta Directiva de ACASA se apunta que la alta calidad de los centros residenciales para personas mayores implica gastos adicionales como médico, ATS, fisioterapeuta, psicólogo,
trabajador social, servicio de limpieza, lavandería, etc. Todo esto ha
incrementado sus costes propios y de quien consume sus servicios, teniendo en
cuenta que la normativa que regula el sector desde hace unos años hace
que las residencias mantengan unos ratios de personal por residentes (un trabajador
por cada cuatro o tres ancianos, dependiendo de si se vale por sí mismo
o no). La media de tarifas se sitúa entre los 600 y 1.000 euros en pequeñas
residencias (con una media de 20 residentes); y 1.000 y 1.800 euros al mes por
persona, en centros grandes, una cifra demasiado elevada para un gran porcentaje
de las familias aragonesas.
Hecha la ley, hecha la trampa. Así responden algunas residencias a los ratios de trabajadores exigidos, según un análisis realizado por Comisiones Obreras en las visitas realizadas a los centros aragoneses. Este incumplimiento, según explica la secretaria general de la Federación de Sanidad del sindicato, Anabel Díez, se produce en líneas generales en los sectores privados más reducidos. Precisamente en este factor es donde reside el incremento de los beneficios, ya que "el personal a pagar es menor del establecido". Santiago Cosculluela, director de una residencia en Huesca, afirma que esta situación se repite en algunos casos donde "rentabilizando al personal y aumentando el número de plazas residenciales las ganancias son mayores".
No obstante, Díez explica que los decretos aprobados para los ratios son muy ambigüos. "Regulan las condiciones mínimas que han de reunir los servicios sin especificar el personal por categorías, sino que habla del total". Así, una limpiadora o cocinera se incluye también en el cómputo general de cuidadores para que las ratios coincidan con las exigidas.
Pero no todos actúan del mismo modo. El complejo residencial Parque Dorado,
por ejemplo, que oferta el mayor número de plazas en Aragón (400
en total, y 1.700 en España), cuenta con un ratio superior al establecido
en los decretos.
Una noticia de gran relevancia para las residencias geriátricas de Zaragoza, Huesca y Teruel