En
Cronica de Cantabria de 25 de octubre de 2006 y en Diario
Montañés del día 26 se han hecho eco de los resultados
de un estudio
Las residencias públicas y concertadas de mayores de Cantabria ofrecen
a sus usuarios niveles altos de confort, calidad de vida y servicios sanitarios
y psicogeriátricos. Los residentes expresan un alto nivel de satisfacción,
de 3,4 puntos sobre un baremo de cuatro, y su calidad de vida es superior a
la constatada en centros de mayores de otras regiones.
No obstante, las instalaciones también presentan algunos aspectos mejorables
y se debería dar a los residentes mayor capacidad de elección
y mayor intimidad. Esas son algunas de las conclusiones extraídas de
un informe encargado por la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales,
a partir del cual se han definido necesidades y recomendaciones para cada una
de las residencias.
La consejera de Sanidad y Servicios Sociales, Charo Quintana, acompañada
de los directores generales de Servicios Sociales y Políticas Sociales,
María Luisa Real y Julio Soto, informaron hoy de los contenidos del estudio,
que ha dirigido la profesora Rocío Fernández-Ballesteros, de la
Fundación Universidad Autónoma de Madrid.
La evaluación se ha realizado en 30 residencias públicas o concertadas con el Ejecutivo, que albergan a 3.831 usuarios atendidos por una plantilla de unos 1.500 trabajadores. El objetivo es dar un primer paso que se suceda después con evaluaciones continuas que permitan identificar áreas de mejora y de cambio porque, según destacó Quintana, el Gobierno no sólo quiere garantizar que las personas mayores tengan "cualquier plaza residencial, sino plazas de calidad".
El estudio ha abordado cuestiones como las características físicas y arquitectónicas, la organización y funcionamiento, el personal y los residentes, el clima social, las necesidades o cambios que demandan unos y otros, la satisfacción y la calidad de vida.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y ORGANIZACIÓN
En el primero de dichos ámbitos se ha constatado que, en general, las residencias están ubicadas en lugares integrados en la comunidad, cualidad que no siempre se aprovecha para integrar a los residentes en la comunidad y viceversa. Las instalaciones ofrecen un "alto confort" y ayudas protésicas y características de seguridad "adecuadas". Entre los aspectos menos positivos, la profesora Fernández-Ballesteros señaló que los espacios muchas veces son reducidos.
En cuanto a la organización y funcionamiento, aseguró que no se da a los residentes demasiadas posibilidades de elección o control sobre la organización de las actividades y, por ello, se aconseja darles mayor capacidad de elección y mayor intimidad. Lo más destacable es que la disponibilidad de servicios de salud y psicogeriátricos es "francamente alta", por encima incluso de la que se ofrece en otras regiones de España y de fuera del país.
En la evaluación del personal se ha observado que la plantilla trata de actualizar sus conocimientos y, en lo relativo a los residentes, se ha comprobado que tienen un nivel bajo de actividad, por lo que se propone potenciarlo.
Por lo que respecta a la percepción de necesidades, como suele ocurrir en estos casos, el personal advierte más necesidades que los residentes y es también más crítico, lo cual evidencia que la plantilla quiere mejorar el servicio. En la misma línea, el nivel de satisfacción es más alto entre los residentes, aunque en ambos casos es elevado.
Así, los residentes otorgan una puntuación media de 3,4 puntos sobre cuatro al nivel de satisfacción, una cifra "extraordinariamente alta", mientras que el personal establece una puntuación de tres. Uno de los aspectos en los que resulta más elevada la puntuación, en ambos grupos, es el relativo a la relación entre personal y residentes y viceversa, algo que Fernández-Ballesteros atribuye a que se trata de personal "vocacional" que trata adecuadamente a los residentes.
CLIMA SOCIAL Y CALIDAD DE VIDA
En cuanto al clima social percibido, es "bastante adecuado", se observa "cohesión entre los residentes" y "bajo" nivel de conflicto y los usuarios subrayan el confort y la buena organización. La visión del personal respecto a ese clima social es "ligeramente menos positiva".
Finalmente, la calidad de vida, un concepto "multidimensional" en el que se tienen en cuenta distintas variables, es "bastante alta en la mayor parte" de los centros y supera los indicadores registrados de media en las residencias españolas, tanto en lo relativo a la salud, la actividad -a pesar de que necesita mejoras- y la satisfacción, como en el nivel educativo y de ingresos de los residentes.
ÁREAS DE MEJORA
La consejera de Sanidad y Servicios Sociales resaltó que el estudio ha servido para encontrar "datos razonablemente satisfactorios" y también "importantes áreas de mejora". Todo ello se trasladará hoy mismo, en una reunión, a los directores de las residencias, a los que se entregará además un informe individual de cada centro.
El estudio permitirá marcar las áreas de mejora porque la Consejería "no se conforma con cumplir la normativa", sino que aspira a tener sistemas de "calidad total" y perseguir la "excelencia".
Para elaborar el informe, la Fundación Universidad Autónoma
de Madrid realizó entre septiembre del pasado año y febrero de
2006 la recogida de datos, después abordó su análisis para
elaborar el informe global y un informe específico por cada residencia.