259 residencias de mayores de Castilla-La Mancha ya cuentan con financiación pública. De ellas, 49 son públicas en su totalidad y 210 tienen una parte de las plazas concertadas. Todas ellas han colaborado con la Consejería de Bienestar Social de la Junta en primer «Plan de Calidad y Eficiencia en Centros Residenciales de Castilla-La Mancha».
Este plan contiene con 20 medidas, entre las que se encuenta la puesta en marcha de un catálogo de buenas prácticas y un estatuto para estos centros. En su elaboración se ha contado con más de 40 expertos, entre empleados públicos, expertos externos y directores de residencias de mayores de la región y organizaciones externas y sindicales.

Dividido en tres ejes, el plan se organiza en torno a
mejorar la atención a los residentes con un modelo centrado en la persona, mejorar la atención de los profesionales que cuidan a los mayores y mejorar las infraestructuras de las residencias en accesibilidad y para atender las situaciones crecientes de dependencia.
Una de las actuaciones más importantes es el estatuto de centros, donde se especifican de manera pormenorizada los indicadores necesarios para valorar la calidad y la eficiencia, y el catálogo de buenas prácticas. Este último se centra en la formación y actualización de conocimientos de los profesionales.
Está previsto presentar el plan en las cinco provincias castellano-manchegas. La región es la segunda a nivel nacional en plazas geriátricas financiadas, que ahora se plantea el reto de ser referente de calidad en la atención. El plan va ligado al incremento del presupuesto de la Consejería en el ámbito de
personas mayores y dependencia, así como de infraestructuras sociales para hacerlo viable.