Para verificar y controlar el cumplimiento de los protocolos de actuación ante la pandemia, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado la puesta en marcha de un plan específico de inspección para las residencias de mayores.. El plan prevé llevar a cabo 50 inspecciones en una primera fase, dirigidas por 21 inspectores.
La Consejería de Bienestar Social ha declarado que la finalidad es controlar la protección a los usuarios de los centros residenciales, y pare ello los inspectores actuarán sobre diversos aspectos, como supervisar los recursos humanos disponibles en cada centro para la atención directa a los usuarios, las condiciones higiénicas y de alimentación de los residentes o el cumplimiento de los derechos y deberes de los residentes dentro de los centros, siempre teniendo en cuenta en este último punto la normativa del estado de alarma.
También se analizarán las intervenciones realizadas en los centros debidas al coronavirus y si ha habido traslado de residentes a otros centros; la organización y distribución de los espacios en las residencias, y el cumplimiento de los planes de actuación.
Además los inspectores también asesorarán a los centros cuando tengan que tomar medidas y supervisarán la información y cumplimiento de los procedimientos derivados del COVID-19.