Entre los factores individuales está la genética, los
hábitos saludables, el bienestar emocional o suficiencia económica. En los
externos influye un entorno saludable, el acceso a servicios sanitarios, el
acceso a servicios sociales como ayudas a domicilio, centros de día o plazas
residenciales o la participación ciudadana.
Precisamente el Servicio de Geriatría del Complejo Asistencial de Salamanca, con la colaboración de Enfermería, está elaborando un estudio sobre los centenarios y supercentenarios (aquellos que han superado los 103 años) de Salamanca. En los trabajos preliminares, se ha constatado que en el noreste de la provincia es donde se encuentra el mayor número de personas mayores de 100 años y donde se registra la mayor esperanza de vida. También que es en los pueblos donde hay más centenarios.
La previsión del Servicio de Geriatría del Hospital de Salamanca es que el número de centenarios y supercentenarios aumente de manera notable en los próximos años. Esto se deberá a que ya están llegando a la edad de jubilación los integrantes de la generación del baby boom.
Salamanca es un ejemplo de la tendencia general de envejecimiento de la población. Su caso resulta además paradójico, pues al ser la capital una ciudad universitaria, se vive un espejismo de población joven durante el curso escolar que en realidad es población flotante, que se renueva de manera continuada y no se fija en el territorio, y que contrasta con el envejecimiento y despoblación de las zonas rurales.